— ¿Marcos? — Pregunta ella del otro lado del teléfono, confirmándome su identidad.
— Si. Soy yo. Estaba cerciorandome de que este fuera tù teléfono. Como me dijiste que no hablabas con desconocidos y mucho menos que les dabas el numero.
Escucho su risa del otro lado del teléfono. — Es cierto, no hago eso con los desconocidos, pero también sucede el caso de que tampoco beso a alguien que no conozcas. Tengo para decirte que eres una bonita excepción. En todo el sentido de la palabra.
— Es bueno escuchar eso. ¿Pensaste en mi propuesta? — Le pregunto nervioso de que piense que es algo precipitado.
— Me hiciste muchas propuestas. ¿Cual de ellas?
— La de venir a probar mi comida, ya sabes, tengo ganas de que pruebes mi Paella. — Se que mi voz esta sonando mas provocadora de lo que intento poner.
— ¿Paella? ¿Mariscos? ¿Acaso esto tiene un trasfondo distinto? — Me pregunta con su dulce voz de nina inocente.
— Todo depende como lo quieras ver.
— ¿Los héroes literarios se llevan a la mujeres a la cama con solo dos días de haberlas visto?
— Algunos héroes literarios depende el tipo que sean.
— ¿Qué tipo eres tu? — Pregunta y siento su sonrisa al otro lado del telefono.
— ¿Cuál quieres que sea?
— De los que si lo hacen.
— Te espero esta noche.