Esta es mi foto de portada en Facebook. Os podéis imaginar que alguien que tiene esta foto es una loca furiosa de las margaritas. Pues sí. Me encantan las margaritas, las amapolas, la lavanda y todo lo que se acerque al mundo floral más “silvestre”.
Ya sé que en esto es como con todo: las tendencias que se arrastran de tiempos pasados van más hacia las rosas, las peonías, los lilium…pero yo, ¿qué queréis que os diga?, se me van los ojos detrás de los ramos “ensalada”, como nos decís en Facebook.
Mi función en el blog es que veáis otras cosas, tanto en ceremonias como en estilismos, ramos, centros de mesa y, como hoy, flores. Muchas veces una imagen vale más que mil palabras y por eso mi afán de enseñaros lo “no convencional”.
Pues eso. Que hoy vamos a ver margaritas de las del campo, de las que todas hemos deshojado de pequeñas diciendo “me quiere, no me quiere” jeje. Y vamos a ver cómo encajarían en distintos momentos del día B.
Lo primero de todo podrían ser el ramo y el prendido. Delicadas margaritas solas o con craspedias o paniculata. La combinación blanco-amarillo me gusta cada vez más para las bodas. Es súper alegre y da tan buen rollo…
Podríamos seguir con la ceremonia. ¿Qué os parecen en macetas en el pasillo nupcial? ¿O en botes colgadas de las sillas del pasillo? ¿Y si hacemos como os decía en el último post, cadenetas de flores como backdrop de la ceremonia?. Me parece súper bonito, pero ¡vaya trabajazo!
Seguimos avanzando: ¿un seating plan que las incluya?¿como complemento de un regalo para los invitados?¿en los centros de mesa en floreros, botes, latas de conserva o de té como las que vimos aquí?
Ya veis que quedan fenomenal en cualquier momento. Son flores sutiles, silvestres pero delicadas y perfectas para cualquier decoración.
Animaos, chicas. ¡A ver si vemos muchas margaritas esta temporada!
Fotografias vía Pinterest
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