Y es que son tan fáciles de hacer que no entra pereza en prepararlas. No te digo nada cuando le hincas el diente.... esponjosas, suaves, húmedas, de sabor almendrado y dulce... ¡Una locura!Pero claro, si unimos en un bocado la rapidez y sencillez en su preparación y un sabor y textura de los que te hacen que olvides del mundo y no quieras levantarte del sofá en un buen rato hasta que la caja se quede vacía, pues ya tenemos el lío. Porque una vez te termines la hornada, ya estarás pensando en volver a hacerlas, y querrás que todo el mundo pruebe esta maravilla que has aprendido a hacer. Y no pararás de hornearla porque los que se hayan visto bendecidos con tu generosidad te van a encargar que se las vuelvas a hacer, y los que no, se van a enterar porque el boca a boca se dispara más que un tuit "sembrao" de Mariló Montero, y te van a llover los encargos...
Mejor no las hagas. Preferible que te quedes en la ignorancia saporífera marquesil a tener que levantarte del sofá de un salto y tenerlas listas en una media hora, incluyendo el horneado, llenando tu casa de un aroma dulce que te va a remover las papilas gustativas llevándote a la ansiedad más desesperante y consiga que cambies tu mullido sofá y tu programa de televisión favorito, por la dura banqueta de la cocina y el cristal del horno.
Ingredientes:
- 4 huevos
- 250 gr de almendra molida
- 120 gr de azúcar
- 40 gr de harina
- 40 gr de Maizena
- la ralladura de un limón
- 1 cucharadita de levadura química
- Azúcar glass para espolvorear
Preparación:
- Bate los huevos y el azúcar hasta que veas que ha subido su volúmen e incorpora el resto de los ingredientes.
- Mezcla todo bien y ve rellenando las cápsulas de papel hasta la 3/4 parte.
- Hornea unos 20 minutos a 180º. Este tiempo depende del horno, por lo que deberás comprobar con una aguja que están cocidas por dentro, aunque deben quedar húmedas, no resecas.
- Deja enfriar sobre una rejilla, y espolvorea con azúcar glass antes de servir.