Graeme Lowdon, director ejecutivo de la escudería anglo rusa, recuerda que Charlie Whiting comunicó a todo el mundo que sólo los medidores de la Federación serían tomados en consideración, por lo que entiende que los austríacos desobedecieron las indicaciones que les llegaban desde París.
Y es que la apelación de Red Bull es más que una apelación, es un precedente. Si ganan, el resto de equipos sabrán que tienen libertad absoluta para bailar con el reglamento e ignorar las órdenes de la Federación.
"Esto siempre pasa. Es una opinión (de Whiting), y si ignorásemos todas esas opiniones y las lleváramos a juicio cada dos por tres, el deporte iría a trompicones para siempre", opina Lowdon.
"Al deporte le resultará difícil gestionar las carreras de tal modo que los aficionados comprendan que si se ignoran las indicaciones oficiales, los coches pueden ir más rápido", añade.