Maryland publica nuevo disco: "los años muertos"

Por Asilgab @asilgab
Creo que nadie, o casi nadie, conoce a Maryland mejor que yo. He trabajado en la producción de sus dos primeros discos y he pasado muchas horas de ensayos y de risas y de… muchas cosas que unen. Así que obviando la imparcialidad que me falta, paso a describir mi visión del grupo y de “Los años muertos”, tercer disco de Maryland y primero sin mi colaboración (de ahí que pueda hablar sobre él).   Esta banda ha conseguido llegar a sonar a sí misma, cosa que muchos grupos nunca logran. Hay que dedicar mucha ilusión y esfuerzo hasta dar con los sonidos, con el equilibrio y con las canciones adecuadas. Aun así estaremos lejos de dominar la música, pero por lo menos seremos dueños de nuestro propio arte. Ellos lo han alcanzado gracias a sus incontestables e innumerables conciertos y a su dedicación y pasión.   “Los años muertos” es un disco de confirmación, cristaliza una propuesta clara de guitarras afiladas y bases contundentes, una madurez envidiable que no significa necesariamente ir convirtiéndose en algo más reposado. Como dijo Nietzsche: "La madurez es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugabas cuando eras niño". Esos juguetes entre sus manos son ahora poderosas armas que les permiten DISFRUTAR de lo que hacen al 100%. Por eso este disco nos muestra unos Maryland muy seguros de sí mismos que equilibran a la perfección las melodías preciosas y tristes como los cielos de su ciudad con la rabia propia de su generación.    Crecieron escuchando a Posies, Weezer, Nirvana, etc. y eso les marcó, pero no les acomplejó para seguir su evolución natural. Han cambiado el idioma (antes inglés y ahora castellano), pero no han perdido ni un ápice de su sello, es más, se han quitado una máscara tras la que escondían sus sentimientos y que ahora les muestra desnudos, otro punto a favor de su autoafirmación dejando atrás la timidez.  El disco trata sobre los estados de ánimo y los pasos que da cualquier relación después de una ruptura: los reproches, la rabia y la desesperación,  la autocrítica, el arrepentimiento y el perdón descritos en primera persona, lo que hace que sea más sentido. El orden del disco sigue una cronología que suele darse en las relaciones, describe ese "paso página" radical desechando todo lo que se ha vivido sin llegar a pensar fríamente que de todo se aprende, casi negándose a ver el lado positivo de las cosas.   Bajo la batuta de Santi García en los estudios Ultramarinos se ha gestado esta criatura que refleja a la perfección el sonido que la banda tiene en directo y cuál es su apuesta. La potencia sin control no sirve de nada, y es en este punto donde las baquetas de Álex Penido (nuevo fichaje) dan la pegada y el peso necesario. Por el camino han dejado florituras y arreglos superfluos para ir al grano, a la yugular.   Solo me queda decir que un “cetrero” (que no certero) productor como yo ayudó a volar a un halcón como Maryland y que ahora, libre y poderoso, coge las corrientes de aire elevándose muy muy alto. Eso es para mí motivo de orgullo y satisfacción, como diría algún rey caduco.   Jaime Gª Soriano