Más allá del alargador eléctrico

Por Luissantalla

Cada vez más estamos conectados a la red eléctrica con múltiples aparatos, lo que hace que necesitemos cada vez más enchufes, por lo que en lugar de renovar la instalación eléctrica, lo que hacemos todos es añadir la típica “regleta”.  La comodidad que esta instalación supone, implica a la larga una saturación de enchufes concentrados en un mismo punto en la pared. Ahora bien, va a depender mucho el buen comportamiento de esta instalación casera de los tipos de aparatos que conectemos; me explico, si acumulamos varios aparatos que tienen potencias elevadas ( 300 , 400 W) en una regleta de 5 o 6 enchufes, acabamos por tener en un único punto unos 2400 W si los tenemos todos encendidos al mismo tiempo.

Esto implica que cuando conectemos nuestro nuevo alargador eléctriconos cercionemos de que además de que el aparato cumple con las exigencias de calidad habituales, que tenga una capacidad para la potencia que le vayamos a solicitar, y lo que es más importante, que la toma de la pared esté preparada para ello. ¿Cómo lo sabemos? Dificilmente si se trata de una vivienda antigua, pero lo más probable es que no resista el enchufe o el cableado con todos los dispositivos enchufados y con potencias totales altas.

Si se trata de una instalación relativamente nueva, podemos comprobar la sección de los cables que llegan al enchufe (siendo conocedores de causa y con los “plomos” bajados).  En esta tabla podemos ver la sección de cada una de las secciones del cable de cobre, ojo no diámetro exterior con la funda protectora.

Igualmente cuando venimos de nuevo a una vivienda y nos disponemos a amueblarla y a redistribuir los electrodomésticos, es interesante tener esta tabla como guía de referencia:

  • 1,5mm2: iluminación (10A )
  • 2,5mm2: enchufes, nevera (16-20A)
  • 4mm2: lavadora, lavavajillas, termo, etc… (20-25A)
  • 6mm2 : horno, vitro, línea general cocina (25-32A)

Si la línea no puede con la potencia que le estamos aplicando se produce lo que llamamos SOBRECARGA.

Por esta razón, es importante que cuando estemos buscando un alargador o “regleta” nos aseguremos de que dispone de algún sistema de seguridad, como puede ser un fusible integrado, que evita llevar el daño a la instalación interior de la vivienda.  Cuando se produce una sobrecarga en un cable, este se calienta y lo más habitual es que se produzca un “salto” en el interruptor magnetotérmico de nuestro cuadro, pero lo preferible es que se pueda detectar antes y que por tanto no se produzca ningún daño en la instalación interna, que por otra parte, no se ve.

Si la instalación sufre una sobrecarga, debemos de revisarla con un técnico en instalaciones eléctricas y renovar el cableado desde el cuadro eléctrico hasta la toma de servicio, ya que no sabemos en que estado se encuentra de por medio. Es probable que ante aumentos de temperatura, se pueda debilitar la protección del cable, además de que puede producir algún gas derivado de los halógenos que se utilizaban en los cableados tradicionalmente, de esta manera, podemos aprovechar e instalar cableado libre de halógenos.