Un grupo de profesionales, abogados, economistas y académicos expertos en la propiedad intelectual, comercio internacional y salud pública, apoyan a Colombia para emitir licencias obligatorias sobre las patentes otorgadas a los medicamentos. En el centro de la diana el fármaco Glivec, para el cáncer, que fabrica Novartis y que junto con Suiza y Estados Unidos presiona para que se imponga con un altísimo precio… por encima de las necesidades de las personas.
Quiero aclarar que este no es un asunto de Alejandro Gaviria, ministro de Salud de Colombia, ni de Juan Manuel Santos, presidente de la República sino que son los derechos adquiridos de los países en desarrollo los que están en juego.
Si entre Novartis, las Big Pharma y gobiernos como los de EE.UU. y Suiza (país originario de Novartis) pisotean la decisión a favor de la salud pública de Colombia, sufrirán todos los países en llamados en desarrollo (es decir todos, menos los que no están como parar pagar medicinas útiles a su población que cada vez son menos).
La postura que mantiene hoy Colombia es clave para el resto del mundo. Hay un chantaje en marcha y sus consecuencias pueden ser funestas.
En Colombia hay “sólo” 3.500 personas que necesitan ese fármaco. Si Colombia acepta el chantaje de Novartis-USA-Suiza estarán “vendiendo” a los demás pacientes y sobre todo a los que sufren esa enfermedad en los países empobrecidos. Cuestión de solidaridad internacional.
El asunto lo he contado hace unos días: hay una Guerra comercial por el fármaco Glivec: Novartis y USA contra Colombia. El Ministro de Salud y Protección Social ha propuesto declarar de interés público bajo condiciones de competencia el medicamento para cáncer denominado imatinib, marca Glivec.
Una declaración de interés público permitiría la emisión de una licencia obligatoria sobre la patente de Novartis facilitando la competencia de los genéricos y la reducción de precios.
El grupo de expertos argumenta:
Exhortamos a su administración, al Ministerio de salud y la Superintendencia de Industria y Comercio para proceder con la declaración de interés público. Recientes reportes de los medios de comunicación, sugieren que el personal de la Comisión de Finanzas del Senado de los Estados Unidos y posiblemente Representantes del Gobierno han transmitido información imprecisa acerca de las licencias obligatorias a sus contrapartes colombianas.
Condenamos las presiones impuestas en contra de Colombia por el uso de políticas legítimas tales como el uso de licencias para promover la salud pública”.
El Artículo 31 del Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre los Aspectos de Propiedad Intelectual (ADPIC) permite a los miembros de la OMC, incluida Colombia, emitir licencias obligatorias en cualquier momento por razones de su elección. La llamada Declaración de Doha reconoce:
deben interpretarse y aplicarse de manera favorable al derecho de los miembros de proteger la salud pública y en particular promover el acceso a los medicamentos para todos”.
La emisión de una licencia obligatoria sobre imatinib es coherente con los acuerdos comerciales y de Colombia. Los altos precios de cualquier medicamento necesariamente imponen una carga para el sistema de salud pública y conllevan a la falta de acceso a tratamientos y otros servicios de salud que pueden ser efectivos.
Cuando una compañía farmacéutica utiliza una patente para excluir la competencia, fija precios muy altos no hace falta más que ver el caso de Sovaldi para la hepatitis C.
Un reciente informe del Ministerio de Salud de Colombia indica que una licencia obligatoria para imatinib permitiría un ahorro considerable.
En el sistema capitalista o neoliberal, como se desee, se argumenta que la mejor manera de reducir los precios es sin duda la competencia. Pues parece que no está tan claro cuando Novartis y USA presionan a Colombia para que sólo exista un precio para ese fármaco, el que desea la farmacéutica.
A todo esto, Novartis ha rechazado la oferta de negociación propuesta por Colombia para poder adquirir Glivec a un menor costo.
La emisión de una licencia no expropia el derecho de patente. Más bien, el derecho de un gobierno a hacer uso de una invención patentada está incrustado y reservado en la concesión de una patente.
Por otra parte, una licencia no impide que el titular de la patente puede seguir vendiendo su producto, prohibir usos no licenciados de la invención o prohibir a terceros no autorizados el uso de la invención.
Apoyamos el esfuerzo del gobierno colombiano para aumentar el acceso a medicamentos asequibles y esperamos que este comunicado ponga fin a cualquier preocupación con respecto a la legitimidad internacional de las licencias obligatorias. Las licencias obligatorias, son una herramienta importante para la protección de la estabilidad financiera de los sistemas de salud y para garantizar el acceso a los medicamentos y servicios de salud para todos”, concluyen estos especialistas del ámbito sanitario internacional.