Más de la mitad de los desprendimientos de retina primarios se producen en pacientes miopes

Por Fat
Más del 50% de los desprendimientos de retina primarios se producen en los pacientes miopes, una patología ocular que si no se trata a tiempo puede causar la pérdida funcional total del ojo. Es decir, la ceguera. Pero además de ser miope, la cirugía de cataratas, haber padecido traumatismos oculares, los antecedentes de desprendimiento de retina previo en el otro ojo, antecedentes familiares de esta patología ocular o algunas enfermedades como la diabetes, aumentan el riesgo de sufrir este problema. “De hecho, si en una persona operada de cataratas el riesgo de sufrir un desprendimiento de retina aumenta diez veces, en los miopes con más de 10 dioptrías las posibilidades de padecer este problema están entre un 2-3%“, explica el doctor José García Arumí, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Retina y Vítreo. “Por este motivo, la prevención y el tratamiento adecuado en función de los casos es clave”, añade este experto.
En España pueden producirse alrededor de 20.000-30.000 desprendimientos de retina al año. El desprendimiento de retina primario o rhegmatógeno es el más frecuente. El mismo, se produce por una separación anormal entre dos de las dos capas que constituyen la retina: el epitelio pigmentario (capa externa de la retina) y la retina sensorial (capa interna de la retina), entre las que se interpone el humor vítreo, que es la gelatina que rellena el globo ocular. Como explica el doctor García Arumí, “a partir de cierta edad se produce un proceso de envejecimiento o deshidratación del humor vítreo. Esta gelatina está cubierta por una cápsula, llamada hialoides, que al deshidratarse disminuye un poco su volumen y tracciona de la retina. De manera que, si hay una adherencia muy importante entre la retina y la hialoides se produce un desgarro en la retina, lo que permite el paso de fluido entre las dos capas de la retina y esto induce el desprendimiento de retina primario”.
En muchas ocasiones existen unos síntomas visuales previos al desprendimiento de retina. “La aparición de destellos luminosos en el ojo, denominados fotopsias, que aparecen en el campo visual contrario al que se está produciendo el problema, o la impresión en el ojo de telarañas o moscas volantes (puntos negros que se mueven al mover el ojo) son signos ante los que la consulta al oftalmólogo debe ser inmediata”, afirma el doctor García Arumí.
-Diagnóstico y tratamiento
El desprendimiento de retina es una patología ocular grave debido al posible riesgo de pérdida de visión total que conlleva si no es diagnosticado y tratado a tiempo. Por lo que el doctor García Arumí señala la importancia de hacerse revisiones oftalmológicas periódicas, especialmente si se tienen factores de riesgo, ya que “acudir al oftalmólogo a tiempo y realizar un diagnóstico adecuado permite iniciar el tratamiento de forma inmediata y evitar la afectación total del ojo o nuevas lesiones”.
El tratamiento del desprendimiento de retina establecido es únicamente quirúrgico. “Mediante el mismo se lleva a cabo una recolocación anatómica de la retina, si bien la recuperación visual depende en gran medida de cada caso en particular, del tipo de desprendimiento, del método quirúrgico empleado y las zonas de la retina afectadas. En cualquier caso, la precocidad del diagnóstico y del tratamiento son fundamentales para la evolución favorable del proceso”, concluye este experto.
-Guía de Práctica Clínica
Con el objetivo de establecer unas directrices que permitan un correcto diagnóstico y tratamiento del desprendimiento de retina, para a su vez mejorar la calidad de vida de los pacientes, se ha editado por parte de la Sociedad Española de Retina y Vítreo la Guía de Práctica Clínica Tratamiento del Desprendimiento de Retina Rhegmatógeno.
“No hay que olvidar”, comenta el profesor Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal, presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), “que la retina es la zona del ojo encargada de captar y transmitir las imágenes en forma de impulsos nerviosos hasta el cerebro, de forma que es muy importante detectar y tratar a tiempo las enfermedades de la misma par evitar, en última instancia, la ceguera”.
“Por este motivo”, añade el doctor José García Arumí, coordinador de la Guía, “sin duda, la formación y actualización continua de conocimientos desde el punto de vista del oftalmólogo es imprescindible para favorecer la detección y tratamiento precoz. En este sentido, desde nuestra Sociedad considerábamos necesario el disponer de una Guía que ,a modo de manual para la práctica clínica diaria, recogiese los nuevos conocimientos que se han registrado en este campo, unificase los criterios de tratamiento y estableciese unas directrices generales respecto al proceso seguido por el cirujano oftalmólogo desde el diagnóstico del desprendimiento de retina, su evaluación preoperatoria, hasta su tratamiento, posibles complicaciones o alternativas terapéuticas en cada caso”.