Uno de cada dos varones entre los 40 y 70 años padece disfunción eréctil, incluyendo todo los grados que esta incapacidad abarca (leve, moderada y grave) y aumentando su prevalencia con la edad. Este problema, que se define como la incapacidad de obtener y/o mantener una erección suficiente para una relación sexual satisfactoria, es común en los hombres de todo el mundo. De hecho, la prevalencia estimada para el año 2025 es que afecte a 300 millones de varones.
El Dr. Antonio Quiñonero, urólogo de la Unidad de rehabilitación cardíaca del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, disertará sobre la disfunción eréctil en el marco del 10º Curso teórico-práctico SORECAR (Sociedad Española de Rehabilitación Cardio-Respiratoria) –filial de la SERMEF (Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física)- Actualización en rehabilitación cardíaca, que tiene lugar los días 27 y 28 de enero en el Hospital de Virgen de la Victoria, de Málaga.
“En los pacientes con enfermedad arterial coronaria la prevalencia de la disfunción eréctil oscila entre el 47-75%. La disfunción eréctil es más severa cuanto más severa es la afectación del árbol arterial coronario”, ha explicado el experto. “En este sentido”, ha añadido, “la disfunción eréctil y la enfermedad arterial coronaria comparten factores de riesgo y mecanismos de producción, como es la disfunción endotelial”, explica el conferenciante.
“Además, y quizá más importante, sea la evidencia científica cada vez mayor que la disfunción eréctil puede preceder a la aparición de los síntomas coronarios hasta en 5 años, lo que podría ser utilizado como ‘ventana terapéutica’”.
-Dos tipos de pacientes
Por otra parte, y respecto a los pacientes, el doctor Quiñonero ha señalado que “clínicamente nos podemos encontrar con dos marcos diferentes. Por un lado están los pacientes con disfunción eréctil menores de 60 años y sin sintomatología coronaria, que tienen un riesgo elevado de padecer una enfermedad coronaria en los próximos 5-10 años. Estos pacientes deberían ser valorados médicamente y estratificados según el riesgo coronario y actuar médicamente sobre enfermedades asociadas (hipertensión arterial, diabetes, síndrome metabólico) y cambiar los estilos de vida (sedentarismo, tabaco)”.
Por otro lado, “están los pacientes que ya han tenido un cuadro coronario (infarto de miocardio, by-pass coronario etc.). Estos pacientes deberían ser integrados sistemáticamente en programas de rehabilitación cardiaca (Unidades de rehabilitación Cardiaca) tras su recuperación del proceso agudo. El paciente tras ser dado de alta desconoce como afrontar su nueva situación desde muchos puntos de vista: nivel ejercicio que puede realizar, alimentación adecuada, control de factores de riesgo, técnicas de control del estrés, repercusiones psicológicas y de los problemas en la esfera sexual (Disfunción eréctil). En estos programas los pacientes son instruidos en todas estas áreas, lo que es de vital importancia para optimizar su evolución clínica y mejorar su calidad de vida psicosocial, laboral y sexual.
Respecto al tratamiento, según el experto, la disfunción eréctil tiene actualmente tratamiento, el cual se inicia en primera línea con fármacos orales (Inhibidores de la Fosfodiesterasa-5 ) en aquellos pacientes en los que no están contraindicados. En el caso en que los pacientes no puedan tomar estos fármacos, “pueden ser tratados en segunda línea con fármacos vasoactivos inyectados directamente en el pene. El último escalón del tratamiento está representado por la prótesis de pene”.