Más de una docena de cosas que creías imposibles hace diez años (gracias a internet) 9/9

Por David Ormeño @Arcanus_tco

Periodismo robot

Los algoritmos de Narrative Science toman datos estructurados como marcadores deportivos, resultados financieros e información gubernamental y los transforma en una narración para ser leídos. No es periodismo crítico, pero podrá sustituir a los redactores humanos para noticias su-perficiales, eventos deportivos y demás. El servicio ha ganado un Premio Edison 2013 por sus servicios innovadores en colaboración y gestión del conocimiento.

Solo es el principio. En marzo de 2014, Los Angeles Times ya ha publicado su primera nota escrita por un ordenador. Y en noviembre del mismo año nacía Automated Insights, una agencia de generación automática de noticias. Según su director, Robbie Allen, las deportivas dependen en un 70% de las estadísticas.

Tal y como señala Tyler Cowen en su libro Se acabó la clase media:

En la actualidad, incluso estamos encontrando programas de ordenador capaces de superar las pruebas de Turing estéticas, por así decirlo. Los ordenadores están componiend música y no siempre es fácil saber qué canción es obra de un ser humano y cuál ha sido compuesta por un ordenador.

24. Global Voices

Los blogs han producido un escenario de abundancia de información capaz de complacer a los nichos más específicos. Ya no vivimos en un mundo de escasez de datos, sino de abundancia, lo cual ha permitido que la información sea gratuita y multiforme. Si nos interesa consumir información sobre cine checo sadomasoquista, habrá blogs que nos complacerán en ese sentido. Sin embargo, la verdadera blogosfera no será tal si continúan existiendo las fronteras lingüísticas.

Sabedores de ellos, Ethan Zuckerman y Rebecca MacKinnon fundaron Global Voices Online, una plataforma que permite leer, traducir y enlazar con otros blogs que ofrecen información de todo el mundo.

25. África 2.0

Si en 2011 había 500 millones de teléfonos móviles en África y 15 millones de smartphones, en 2015 se estima que haya más de 700 millones de teléfonos móviles y 127 millones de smartphones. En Kenia, por ejemplo, KAZI 560, una agencia de contratación, emplea móviles para conectar a trabajadores potenciales con empleadores potenciales. 60.000 keniatas encuentran trabajo a través de internet. En Zambia, los campesinos usan el teléfono móvil para comprar semillas y fertilizantes. Tal y como escribe Frederic Martel en su libro Smart:

Sin electricidad, los móviles se recargan con las baterías de los camiones o con pequeños pa-neles solares. La conexión a internet pasa en general por una llave 3G. En un bungaló del Kliptown Youth Program, unos jóvenes andrajosos consultan su página de Faceook en unos PC conectados con gruesos cables a internet. Otros utilizan una aplicación, muy popular en Sudáfrica, denominada Mixit, que permite enviar gratuitamente mensajes instantáneos a los amigos desde cualquier teléfono móvil. También veo a unos chiquillos sentados en el suelo que matan el tiempo con videojuegos en pequeños portatiles de 100 dólares de plástico verde manzana, los famosos portátiles XO regalados por la ONG americana One Laptop per Child.

26. Software libre y código abierto

La justicia, el sentimiento de comunidad, la reciprocidad son algunas de las pulsiones que hay detrás de las personas que elaboran software libre y de código abierto, que generalmente no obtienen beneficio económico de sus creaciones, y muchos casos incluso superan las prestaciones del software elaborado por desarrolladores que cobra por ello.

Según un estudio de Karim Lakhani y Robert Wolf, el 44 % de los desarrolladores de software libre entrevistados hacen lo que hacen por placer o disfrute intelectual. Después viene la mejora de los conocimientos. El 28 % lo hace impelido por la necesidad de corresponder a la comunidad que les había proporcionado tales herramientas. El 20 % señalaba que les motivaba el trabajo en grupo. Muchos también opinan que sencillamente es lo correcto, así que solo hay una razón moral.

En esa línea se ha desarrollado Freedom Box, algo así como el juego LEGO del software, que permite crear servidores para diseñar redes sociales a medida. Se puso en marcha gracias a la financiación colectiva tras una campaña de Kickstarter.