Más leña al fuego del azúcar…

Por José Antonio Villegas García

Ayer leí en la prensa regional un artículo de los académicamente bien considerados, en el que se decía que no había que ser talibanes de la dieta y de algunos nutrientes y que la demonización actual de los carbohidratos simples (azúcares) era tan absurda como en su día lo fueron otros alimentos como los huevos con su alto contenido en colesterol etc.
La lectura me recuerda, en parte, la polémica del tabaco en los años previos a demostrar la manipulación por las multinacionales de los trabajos científicos. Fueron años, en los que se decía que también era malo respirar otros compuestos del aire de las ciudades, que fumar en pequeñas cantidades no era malo, o que si el puro era menos perjudicial que el cigarrillo. Incluso se llegó a decir que la nicotina tenía efectos sedantes y mejoraba la cognición e incluso se toleraba en las instituciones psiquiátricas porque, supuestamente ayudaba a los pacientes a soportar los antipsicóticos. Después comenzaron con el tema de los cientos de miles de puestos de trabajo que se perderían, entre agricultores, intermediarios, vendedores etc (faltó añadir los contrabandistas…)
El azúcar, desde mi humilde opinión, tal como lo consideraban los egipcios hace 3.000 años, es un como un medicamento y como ellos, tiene una indicación clara y acertada (deportistas de fondo a los que les va genial en las bebidas pre-competitivas y post-competitivas), asimismo en las aplicaciones de los sueros glucosados en medicina etc. Tiene, también, sus efectos no deseables en la población más tolerante a ellos, como incremento de la ingesta de calorías vacías (lo que significa pérdida de ingesta de nutrientes necesarios), modificaciones de la microbiota etc. Pero es que finalmente, tiene claros casos de efectos muy perjudiciales, como resistencia a la insulina, sobrepeso, diabetes 2 etc etc.
Por otro lado, hay que generar una cierta alarma social que contrarreste la explosiva utilización de sacarosa y de fructosa por la industria (bebidas gaseosas, y un montón de alimentos que llevan azúcares sin ninguna necesidad, como los botes de tomate frito..). Desde pequeños se ofrece el azúcar como un premio (las chuches…) y en las reuniones sociales se ofrecen pasteles (¡manda narices!). En esta atmósfera de presión social, hay que contrarrestar esa imagen con otra contraria, insistiendo lo que haga falta, porque…¿Alguien me puede explicar la necesidad de tomar azúcar?
Porque yo si les puedo decir, con decenas de artículos de investigación, lo que hace su ingesta habitual (aunque sea pequeña) en el organismo normal, vía alteraciones de la microbiota y presencia de saprofitos anormales en nuestra evolución.
Dentro de poco empezarán a amenazar con que algunos estamos poniendo en peligro miles de puestos de trabajo de confiteros, agricultores, etc etc. Y que poco menos que queremos desestabilizar la bolsa y los países productores de remolacha azucarera etc etc etc
Vale, ahora ya me pueden llamar talibán de la nutrición. No importa, cuando estudiaba en la Faculta de Medicina estaba solo en el lado del banco pegado a la ventana (que tenía abierta todo el invierno), ya que mis compañeros (futuros médicos), fumaban en clase porque no era tan malo, o de algo hay que morirse, decían…