Rusco espinoso (Ruscus aculeatus)
El rusco espinoso tiene una larga historia de utilización en el tratamiento de los trastornos venosos, tales como las hemorroides y las venas varicosas. Los ingredientes activos del rusco espinoso son las ruscogeninas. Estos compuestos han puesto de manifiesto una amplia gama de acciones farmacológicas, incluyendo efectos antiinflamatorios y vasoconstrictores. En Europa, los extractos de rusco espinoso se emplean frecuentemente, tanto por vía externa como por vía interna, para tratar las varices y las hemorroides. La mayor parte de la investigación clínica se ha llevado a cabo con extractos de rusco espinoso combinados con hesperidina (un bioflavonoide) y vitamina C.
Extractos ricos en flavonoides
El hecho de que un incremento de la integridad de la pared venosa pueda disminuir también el riesgo de que se desarrollen venas varicosas, ha llevado a pensar que las bayas flavonoides, como por ejemplo las del espino blanco, las cerezas, los arándanos y las moras, puedan proporcionar algún beneficio en la prevención y en el tratamiento de las varices. Estas bayas constituyen fuentes muy ricas de proantocianidinas y antocianidinas. Estos bioflavonoides son los que dan a las bayas su coloración azul rojiza. Las proantocianidinas y las antocianidinas restablecen además la integridad de las estructuras de soporte de las venas y del sistema vascular en conjunto. En Europa se utilizan ampliamente extractos de una serie de estas bayas como remedios medicinales para diversos trastornos circulatorios, incluyendo las venas varicosas. El extracto de semillas de uva y los extractos de corteza de pino son los más populares y, posiblemente, los más eficaces.
Si busca un tipo de té rico en flavonoides que pueda proporcionar algún beneficio, pruebe el té de trigo sarraceno (Fagopyrum esculentum). En un estudio doble ciego, se administró a setenta y siete pacientes con varices un té placebo o bien té de trigo sarraceno durante doce semanas. El té se normalizó para contener un total de flavonoides del cinco por ciento, que proporcionaba una dosis diaria de 270 mg de rutina –el bioflavonoide principal del trigo sarraceno. En el grupo tratado, se apreció una disminución estadísticamente significativa del volumen total de la pierna, junto con mejorías estadísticamente no significativas de la permeabilidad capilar y de los síntomas. No se comunicaron efectos adversos.
La eficacia de los flavonoides y de los extractos ricos en flavonoides para tratar las varices está relacionada con su capacidad para: (1) disminuir la fragilidad capilar, (2) incrementar la integridad de la pared venosa, (3) inhibir el desdoblamiento de los compuestos que forman la sustancia fundamental, y (4) aumentar el tono muscular de la vena. Se recomienda el consumo de alimentos ricos en flavonoides (como por ejemplo, bayas), o bien de extractos, a las personas con venas varicosas y todo aquel que desee prevenir su aparición.
Bromelina y otros compuestos fibrinolíticos
Las personas afectadas de venas varicosas tienen una capacidad menor de desdoblar la fibrina, uno de los compuestos implicados en la formación de los coágulos y las cicatrices. Esto es extraordinariamente importante, ya que la fibrina se deposita en el tejido que rodea las venas varicosas. Debido a la presencia de la fibrina y de grasa, la piel se endurece y se hace rugosa. Además, la disminución de la actividad fibrinolítica aumenta el riesgo de que se formen trombos, que a su vez pueden dar lugar a una tromboflebitis, un infarto de miocardio, una embolia pulmonar o un accidente cerebrovascular.
Las hierbas medicinales que aumentan la actividad fibrinolítica de la sangre resultan por consiguiente útiles. El pimentón (pimienta de cayena), el ajo, la cebolla y el jengibre incrementan el desdoblamiento de la fibrina. En las personas con varices y otros trastornos del sistema cardiovascular se recomienda un consumo abundante de estas especias con los alimentos.
La bromelina, la enzima proteolítica de la piña, parece también apropiada para tratar las venas varicosas. Las paredes de las venas constituyen una fuente importante de activador del plasminógeno, el cual favorece el desdoblamiento de la fibrina. Las venas con dilataciones varicosas presentan unos niveles reducidos de activador del plasminógeno. La bromelina actúa de forma similar a la del activador del plasminógeno e induce por tanto el desdoblamiento de la fibrina. La bromelina puede contribuir a prevenir el desarrollo de esa piel dura y rugosa (lipodermatoesclerosis) que aparece alrededor de las venas varicosas.