'Más vale prevenir que curar'

Por Anahigemma @anahigemma

Como bien dice el refrán: “Más vale prevenir que curar….”,  si cuidamos nuestra alimentación diaria, introduciendo alimentos naturales que ayuden a fortalecer nuestro sistema inmunológico, tendremos una batalla ganada para prevenir resfríados.

Aires acondicionados, ventiladores, frío, calor, lluvia, viento, sudor y  muchos otros factores pueden hacer que nuestro sistema inmunológico se resienta, causando resfriados, catarros, irritación de garganta, faringitis y demás dolencias que estoy segura empezarán a surgir con los cambios de temperatura tan acusados (hasta alocados a veces) típicos, de este mes de transición al otoño.

Para ello, en vuestra lista de la compra semanal no os olvidéis de incluir:

Frutos cítricos: proporcionan vitamina C y elementos fitoquímicos (flavonoides) y antioxidantes. Naranjas, limones y kiwis son muy buenas fuentes naturales de vitamina C.

Antioxidantes: Las frutas y verduras (escoged las de temporada) son ricas en flavonoides, vitaminas A, C y E.  Los frutos secos son ricos en selenio y zinc. Todos ellos ayudan a neutralizar los radicales libres generados por el estrés, el tabaco, la contaminación, las infecciones, etcétera.

Cereales integrales y/o levadura de cerveza: Ambos ricos en vitaminas del grupo B: La riboflavina (vitamina B2) y la cobalamina (vitamina B12) son necesarias por su efecto regulador inmunitario. El ácido fólico y la vitamina B6 están relacionados con la producción de leucocitos, linfocitos y anticuerpos. Un déficit de ácido pantoténico (vitamina B5) causa inhibición de anticuerpos y síntesis de inmunoglobulinas.

Aminoácidos o proteínas: Los anticuerpos (que son los que luchan contra los agentes patógenos, virus, etc..) están formados por proteínas. No solamente se pueden obtener  a través del el consumo de carne y derivados. Los vegetales, cereales y legumbres son buenas fuentes de aminoácidos esenciales, por lo que es necesario incluir estos últimos en la dieta diaria. Leche, queso y demás derivados lácteos también son una buena fuente de proteínas.

Probióticos: Yogur, kéfir, miso, etc. son algunos de los probióticos naturales (sin necesidad de ninguna marca comercial en especial) que ayudan a regular los desequilibrios en la flora bacteriana (relacionados con una inmunidad deficiente), aunque en casos particulares, se puede recurrir a los probióticos envasados.

Oligoelementos: El sésamo, tahín (puré de sésamo), frutos secos o el germen de trigo son buenas unas buenas fuentes de oligoelementos. Hierro, magnesio, cobre, zinc y selenio son algunos de los necesarios para la correcta actividad de los anticuerpos.

Jalea Real y propóleo: Ambos son unos tonificantes de las funciones de defensa del organismo. (El propóleo está considerado como un antibiótico natural). Pero ya hablaré de ellos con más detalle en otro post.

Ajo: Al igual que el propóleo, es un antibiótico natural y estimulante de las defensas antiinfecciosas. (Pero, !cuidado!, el ajo está contraindicado para personas con problemas digestivos).

¿Y vosotros? ¿Habéis comenzado el mes de septiembre con un resfriado? ¿Soléis tomar habitualmente algunos de los alimentos de esta lista? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!

Besos desde mi blog!!!