Mascotas

Por Yolanda Pérez @psicolunablog
Una mascota puede despertar emociones intensas. Su compañía es beneficiosa pero requiere de capacidad de esfuerzo y dedicación

Una mascota es una de las compañías más gratificantes. Pueden aportar grandes beneficios a quien la cuida: presencia y compañía,  activación para estar pendiente de su bienestar, e incluso ampliación del círculo social en el caso de algunos animales.

Sin embargo,  la decisión de adquirir una mascota requiere tiempo para reflexionar sobre el esfuerzo, el sacrificio, la responsabilidad y el gasto que supondrá tenerla.

Algo,  que no siempre hacemos….

Como la mayoría de la gente, en septiembre me paso el mes con la cartera en la mano: comprar algún libro para el cole, renovar parte de la ropa que van a utilizar durante el curso (deportivas, sudaderas, camisetas…), pagar matrículas de extraescolares y otras actividades…

Así que de vez en cuando me paso por el cajero.

En una de estas visitas, me sorprendo por la nueva campaña del banco al que acudo “¡Regálate lo que quieras por traer tu nómina!” y  junto con el mensaje, la foto de una chica con un perrito envuelto en papel de regalo.

- ¡Mira que majos!- les digo a mis peques- Pues no sé si estoy muy conforme con eso de envolver en regalo a un perro.

-¿Os acordáis lo que nos ha pasado estas vacaciones?- les pregunto.

-¿Con panchita?- me dicen-

-Sí.

Panchita es una pequeña gata que de forma inesperada entró en el apartamento donde pasábamos las vacaciones.

Al principio, pensábamos que andaba un poco despistada y le animamos a marcharse  por donde había venido. Pero no parecía tener ganas de moverse de nuestro lado.

Viendo su insistencia en entrar una y otra vez en nuestra casa, y lo pancha que se quedaba tumbada en la alfombra, empezamos a pensar que igual estaba perdida.

- ¡Tiene collar ama! Mira a ver si viene el teléfono o su nombre

Efectivamente, la gatita venía con collar pero no llevaba nombre ni número de teléfono al que llamar.

 – Pues aquí no viene nada. Vamos a preguntar por aquí a ver si alguien la ha perdido.

Como la búsqueda no tuvo ningún resultado, decidimos  organizarnos para poder acercarla a la policía municipal y preguntar si alguien había denunciado su pérdida.

Nadie la reclamaba.

- No tiene chip- nos dijeron en la comisaría – Posiblemente haya sido abandonada. Si nos la dejáis, tenemos que llevarla a la perrera y ya sabéis cómo están allí,  así que si le encontráis otra familia sería muy bueno para ella.

- ¡Nosotros ama! porfaaaa!

- Nosotros tenemos a Frodo (un Shitzu que lleva con nosotros  diez años).- les dije aunque no muy convencida- No podemos tener otra mascota en casa así como así.  Es una responsabilidad.

Iniciamos la búsqueda y después de un par de semanas de búsqueda, conseguimos que la gatita fuera acogida por una nueva familia.

Esta historia, en este caso con final feliz, nos ha permitido hablar con los niños sobre:

- Cómo se han sentido sabiendo que probablemente había sido abandonada.

-  Cuál habría sido  el comportamiento más adecuado de la persona que la tenía a su cargo.

- Por qué a veces las personas actuamos de forma diferente ante una misma situación. Al estar con varios familiares, cada uno exponía su punto de vista: dejarla en la calle  y desentenderse, quedársela para siempre, intentar buscar a sus dueños…

- De qué manera se puede resolver una situación sin optar por la opción más precipitada (quedárnosla sin pensar si era lo más adecuado o no)

Y sobre todo..

Darse cuenta de que tener una mascota requiere una reflexión que merece la pena hacer antes de adquirirla

 Los beneficios de las mascotas están sobradamente  probados:

- Mejora la expresión de las emociones de cariño.

- Facilita el desarrollo de la empatía y puesta en el lugar del otro.

- En niños, permite adquirir responsabilidades de forma progresiva sobre tareas que vayan aumentando en complejidad (desde ponerle la comida a otras más complejas como pasearle o encargarse de sus cuidados veterinarios).

- En personas solas reduce el sentimiento de aislamiento y la rumiación de pensamientos negativos.

Pero ninguno de estos beneficios se consigue sin una valoración adecuada del trabajo que supone tenerlas y del esfuerzo constante que supone su adiestramiento y cuidado.

Yolanda P. Luna