Matisse vuelve a la Alhambra

Por Juroher

«La Alhambra es una maravilla. Sentí allí una inmensa emoción», escribió el pintor francés Henri Matisse a su esposa tras un paseo por uno de los iconos monumentales más imperecederos del mundo.
Encomios a la Alhambra se han escrito muchos, pero estas dos líneas de Matisse cobran un especial significado en boca de uno de los pintores más importantes del siglo XX, aquel del que Picasso recelaba por su altura artística, su dominio del color y la profundidad de su obra.
Matisse es ahora noticia en Granada porque la Alhambra le dedica una extraordinaria muestra -una de las más importantes del calendario artístico español- que intima en la influencia que el conjunto nazarí tuvo en la obra del artista francés.
La exposición, que estará abierta hasta finales de febrero en la primera planta del palacio de Carlos V, en una de las alas del Museo de Bellas Artes, nació cuando la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife descubrió de modo casual en el libro de visitas la firma del pintor francés.
A partir de ahí, comenzó un periodo de análisis que reveló los propósitos del viaje y las consecuencias para su trabajo posterior.
Matisse estuvo en la Alhambra los días 9, 10 y 11 de noviembre de 1910. En su visita, el pintor quedó fascinado por el palacio y, tras un hondo periodo de meditación artística, llevó buena parte de los motivos decorativos de los palacios granadinos a sus telas, creando telones de fondo y escenario teatrales donde posó a sus célebres odaliscas. (El Mundo)