La respuesta es simple y seguro que sorprendente para muchos: ¡¡cualquiera!!. Lo voy a explicar.
El éxito de una empresa no lo marca el sector en el que opera. El sector es un elemento externo que condiciona los resultados, pero nada más. Una empresa mal dirigida en un sector boyante puede llegar a tener problemas, mientras que una empresa gestionada por un buen emprendedor puede funcionar magníficamente aunque no esté en un sector puntero.
Lo que realmente define el éxito de una organización es, una vez más, quien la dirige. Sus artes y sus conocimientos son determinantes para los resultados, por lo que el sector pasa a un término secundario. Viene bien estar en un segmento que “navegue a favor de la corriente”, pero tampoco pasa nada si no se está ahí.
La respuesta a la cuestión planteada la tiene cada uno de los potenciales emprendedores y responde a la siguiente pregunta: “¿en qué soy bueno yo? ¿qué es lo que sé hacer mejor que nadie?” Cada persona tiene que descubrir sus habilidades, sus gustos, sus competencias, y buscar un hueco en el mercado desarrollando aquello que realmente sabe hacer, aquello “para lo que nació”. Hacer cosas diferentes va contra la “naturaleza”. Si yo odio el mercado de la telefonía móvil, por ejemplo, ¿qué hago yo montando una empresa en este sector por mucho que me hayan dicho que será un segmento de mucho crecimiento?. Por lo contrario, si yo soy un amante de la cocina mi sitio está en montar un restaurante, por mucho que sea un sector con mucha competencia y -diríamos- “convencional”.
Cada persona tiene unas habilidades. Descubrirlas es capital para decidir en dónde emprender. Si uno realmente se ubica en aquel sector en donde disfruta de su trabajo, estoy totalmente convencido que ese amor por la tarea servirá para crear una empresa con mucho valor añadido, con características diferenciadoras sobre las demás. Y esto, precisamente, es la fuente del éxito. Si el sector está sobresaturado o es un segmento de mercado “convencional”, es lo de menos. El emprendedor sabrá buscarse su nicho de mercado y generar los clientes que necesita. Y si no los hay, ¡¡los buscará!!, aunque sea en el extranjero; ¿cuántos emprendedores están saliendo afuera en busca de los clientes que necesitan para poder mantener vivo ese negocio en el que creyeron en un momento dado?. ¡¡Esas son las agallas y la valentía que se necesita!! Montar un negocio en el que se cree y dar lo mejor de sí para sacarlo adelante (independientemente del sector en el que se opere).
Para concluir: una excelente idea de negocio en manos de un emprendedor mediocre será un fracaso; la echará a perder. Sin embargo, una idea cualquiera en manos de un emprendedor con la mente lúcida y buena capacidad de gestión, triunfará.
En consecuencia, olvídese del sector y de otros elementos externos. Piense en usted mismo. Descubra sus cualidades y apueste por crear una empresa en la que pueda desarrollarlas. Disfrute de ello y con ello, y el éxito estará –casi- asegurado.
Buena suerte y ¡¡al toro!!
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