Me cansé de bancos, de tarjetas inmorales, de cómplices fingiendo sorpresa sin temor a sonrojarse. Harto de esos que más tienen, esos que casualmente siempre son los que más quieren.
Me cansé de los envidiosos y de los que prefirieron no intentarlo por temor a su fracaso. Me cansé de aquellos que ya te lo avisaron, aquellos que ya te lo dijeron, no creo que necesites más explicación, tú ya sabes a quién me refiero.
Perdona mi arrebato, tan sólo me cansé de estar cansado.