El tiempo es limitado. Tú tiempo es limitado. Lo sabes, y aún así te lo olvidas muy a menudo. La abundancia de opciones a explorar, el sinfín de recomendaciones y tu propia curiosidad pueden generar un estado de ansiedad y estrés. ¿Cómo vas a combinar el deporte, la meditación, la cocina sana, el curso de idioma (o dos), la clase de coser, el club de ganchillos, las clases de música y tu círculo de amigos con tu trabajo y tu vida familiar?
Te levantas a las 6:00 y vuelves a casa pasado las 23:00 para desplomarte en la cama. Todo parece tarea, todo parece obligación, así que para colmo te sientes mal por no disfrutar lo que tu misma te has propuesto.
Yo sí quiero hacer todo eso
Si te encuentras en esta situación, la solución obvia es darte de baja de algunas actividades. Analizando cuáles son tus prioridades es posible que te des cuenta que hay algún compromiso que puedes dejar para así recuperar un poco de espacio para respirar (o meter otra actividad, ehem).
En el mundo ideal, esta sería la solución. En el mundo real, esta decisión se complica. ¿Qué hago sí realmente me gustan todas las cosas que hago? ¿Cómo consigo disfrutar de la multitud de actividades sin agobiarme?
Me gustaría darte la pastilla mágica. Lo haré cuando la encuentre. Mientras tanto, te comparto mi estrategia para lidiar con la vida real.
Si tienes un objetivo, defínelo
Hay actividades que donde el objetivo es la actividad en sí: quedo con mi mejor amiga porque me lo paso bien. Medito por las mañanas porque me siento mejor después. No hay ningún objetivo a largo plazo, así que lo único que haré es ajustar la frecuencia y duración de vez en cuando.
Después hay actividades que tienen un fin muy concreto. ¿Te quieres preparar para una carrera? ¿Necesitas un idioma para aspirar a cierto tipo de trabajo? ¿Quieres ser maestra de yoga? ¿O chef profesional? Si sabes lo que quieres conseguir, es más fácil definir lo que hace falta para llegar (y comprobar que estás haciendo lo correcto).
No seas más productivo: elimina lo que no te funciona
Si estás haciendo cursos de inglés desde hace 5 años y sigues sin poder mantener una conversa con un inglés, es el momento de cambiar de estrategia. Búscate otro profesor, otro método, otro punto de partida. Interrumpe tu actividad durante una semana y invierte el tiempo en investigar ideas y formatos alternativos para cumplir el mismo objetivo.
Busca un grupo de apoyo y alguien que ya lo ha conseguido
Mi mejor aliado en mi práctica diaria de japonés es mi pareja. Es simple hecho de que me pregunta cada día ¿Qué palabras has aprendido hoy?, me incentiva a seguir buscando el vocabulario adecuado para mi (en vez de aprender a ciegas una lista de vocabularios que no voy a utilizar). Poder contar con un profesor que además ha pasado por lo mismo (en diferentes idiomas), acorta los tiempos de ensayo – error. Me puede alertar de posibles errores en el procedimiento, ayudándome con su propio aprendizaje.
En el ámbito laboral cuento con un grupo de personas que están en el mismo momento de sus negocios que yo y aprendo de una mentora que ya ha pasado por esta fase. Con el grupo Mentes Inquietas ofrezco lo mismo en el ámbito de la vida simple y del minimalismo, pasando mi experiencia y mis herramientas a un grupo de personas que están cansadas de sentirse “raras”.
[Cuando sientes que es el momento de participar, no dudes en contactarme.]
¿Cómo lo haces tú cuando te das cuenta que tu día solo tiene 24 horas? ¿Cómo reduces la complejidad de tu día a día?