Es un albergue de una variada vida silvestre con mas de 69 aves de montaña y donde domina el verde de diferentes matices con senderos, puentes, escaleras y señales que no dañan la vista.
La flora en el parque habla de 540 especies pertenecientes a 258 géneros y 113 familias botánicas. Entre las destacados, se encuentran helechos, orquideas, hierbas y bejucos.
Por la diversidad de flora del parque es posible observar con frecuencia aves como el Colibrí, la Pava, la Guacharaca, el Trogón, Patulín, Azulejo, el Sinsonte, el Chamón y la Soledad. En mamíferos hay murcielagos, ardillas, comadrejas, armadillos, conejos, hurones y erizos.
Me acerqué al parque con mi amiga (o algo mejor, muy muy lindo) Diana para relajarnos un rato entre tantos animales, aves y demás adornos de la naturaleza.
Caminamos por calles de cemento bordeando un bosque con pequeñas cascadas y ríos mientras que cada uno se burlaba de las palabras y frases del otro. Todo en armonía y lleno de dulzura como el ambiente proponía. Todo lleno de amor y de tolerancia, de respeto y de cariño. Todo como un sueño del que no se quiere despertar.
Parque Ecologico Piedras Blancas
Entrada: 4000 pesos
Dentro del parque Arvi hay otros parques mas pequeños, algunos de ellos cuestan hasta 20.000 pesos. Entramos al bellísimo parque ecológico Piedras Blancas con impecables y bien cuidados jardines y un clima silencioso. Bordeamos la laguna que se encuentra ahí presente albergando patos y peces. A unos 15 metros por encima nuestro había una cuerda y sorpresivos gritos de gente haciendo canopy por encima del agua.
La naturaleza habla en silencio y eso transmite serenidad.
El parque Arvi es un lugar que uno no espera que sea como es pero verdaderamente es, comparativamente, el Central Park de Medellín (e incluso mejor). Una vez mas esta ciudad colombiana me sorprendia, con calles perfectas, gente amable, servicios públicos admirables, divertidas fiestas y, ahora confirmado, también belleza natural.
El lugar hizo al momento perfecto y eterno.
Y la compañía... mucho mas!
Proximo post, la sorpresiva ciudad de Guatape