Los remedios de siempre, conocidos técnicamente como medicamentos 'vintage', han logrado sobrevivir al paso de los años y a la evolución farmacéutica y, a pesar de que algunos fueron creados hace más de un siglo, "el tiempo los avala", la gente los "busca a conciencia" y algunos laboratorios "tratan de imitarlos".
"Se puede decir que a todos estos productos el tiempo los avala. Los estudios son fundamentales, pero la eficacia se ve cuando llevan mucho tiempo en el mercado y tienen buenos resultados.
Es aquello de esto funciona bien por viejo, porque si se ha mantenido tantos años en el mercado quiere decir que funciona", explica a Europa Press el presidente de la Federació Farmacèutica, Lluis Barenys. De hecho, LLuis Barenys, que es el titular de la farmacia Barenys, una de las más emblemáticas de Barcelona, asegura que "hay medicamentos de este tipo que son buscados a conciencia.
A veces, la gente los recomienda y los clientes te los piden". Por ello y, aunque en la actualidad sólo han logrado sobrevivir 10 o 12 productos de estas características, "muchos son imitados". Este es el caso de "algunas cremas o ungüentos y de unos parches para el dolor procedentes de Alemania", puntualiza Barenys.
"No es que sea una venta masiva, pero se van vendiendo", afirma el presidente de la Federació Farmacèutica, quien asegura que "de los parches Sor Virginia, que de estas características son los más vendidos, se pueden vender entre 10 y 12 al mes, aproximadamente".
Adaptados a los tiempos
No obstante, el titular de la farmacia Barenys, puntualiza que "todos se han tenido que adaptar a los tiempos. Ha habido laboratorios que han seguido al producto, lo han comprado y los han sabido reformular y darle una imagen de modernidad.
Algunos han cambiado algún compuesto o, en el caso del parche el tejido, y otros el diseño, pero siguen basándose y sirviendo para lo mismo". En opinión de Barenys la clave de su permanencia es que son productos basados en sustancias naturales.
"Al no ser productos químicos, sino que provienen de plantas y, además son eficaces, la gente los continúa consumiendo. Son productos que a los consumidores, hoy en día, los eligen como alternativa de tratamiento". Entre los más comprados el farmacéutico indica tres: los 'parches Sor Virginia', el 'Arnidol' y el protector 'Neucs-p-rosa'.
Los 'parches Sor Virgina, conocidos como parches de la monja, empezaron a comercializarse en 1926 para aliviar los dolores musculares y articulares. Su demanda ha llevado a los Laboratorios Hartmann a relanzarlos al mercado con una fórmula mejorada.
Por su parte, el 'Arnidol' "es un nuevo producto que ha retomado un componente muy utilizado desde la antigüedad: la árnica", explica Barenys. El 'Arnidol' está indicado para tratar golpes y rozaduras y se utiliza mucho en los niños.
El protector de la piel 'Neusc-p-rosa', aunque ahora ha cambiado su diseño, ha sobrevivido durante tanto tiempo por su eficacia a la hora de eliminar grietas y asperezas de las manos, codos y talones. Asimismo, otros productos como el 'Termosan', utilizado como analgésico y antiinflamatorio también continúan estando presentes en el mercado.
A él se suman el 'Agua de Carabaña', comercializado desde 1928 como digestivo, depurativo y desinfectante, y la 'Solución Schoum', utilizado para calmar las digestiones pesadas y los dolores menstruales. "Hay productos de este tipo que tienen un público muy concreto.
Por ejemplo, la 'Solución Schoum' suele ser usada por gente mayor, que la sigue utilizando porque se la han recomendado sus abuelos o sus madres", puntualiza Barenys.
"Sin embargo, el ungüento de Cañizares, que iba de maravilla, ha dejado de fabricarse. Funcionaba estupendamente en aquellos granos que salían en la espalda o en cualquier otra parte del cuerpo, tipo furúnculo. Sigue vendiéndose en algunas farmacias, pero lleva más de medio año sin fabricarse", lamenta Barenys.
**publicado en "La Vanguardia"