Médicos Sin Fronteras conmemora los 100 años del descubrimiento de la enfermedad Chagas con una exposición

Por Fat

La exposición 'Chagas: es hora de romper el silencio', organizada por Médicos Sin Fronteras y que alberga el campus de Villaviciosa de la Universidad Europea de Madrid hasta el 9 de abril, conmemora los 100 años del descubrimiento de esta enfermedad y ofrece una oportunidad a los asistentes para conocer más sobre ella.
Esta muestra permite conocer qué es el Chagas y cómo se transmite, cómo se articulan los actuales programas de lucha contra la enfermedad y cuáles son sus carencias, así como los obstáculos existentes en materia de diagnóstico y tratamiento a través de fotografías de terreno (realizadas por Juan Carlos Tomasi y Anna Surinyac) y, en especial, de los testimonios de pacientes y personal de Médicos Sin Fronteras.
Asimismo, otro de los objetivos de esta iniciativa es "dar voz a las olvidadas víctimas de una enfermedad descubierta hace ya cien años y que, sin embargo, sigue ausente de las agendas políticas y de los programas de investigación y desarrollo".
Según los datos aportados por Médicos Sin Fronteras, el Chagas se cobra unas 14.000 vidas cada año y se estima que entre 10 y 15 millones de personas lo padecen en Latinoamérica, donde 100 millones más viven expuestas a contraerlo.
Por ello, pide a los países endémicos que diagnostiquen y traten a los afectados. Además, la entidad reclama más investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, pruebas rápidas de diagnóstico y pruebas de curación. "La lucha contra el Chagas no puede seguir ignorando a los enfermos", expresaron.
Del 9 al 16 de abril el campus de La Moraleja de la Universidad Europea de Madrid albergará esta muestra dedicada al Chagas y del 16 al 30 de abril lo hará el Hospital Ramón y Cajal. El horario es de 8 horas a 20 y la entrada es gratuita.
--TRANSMISIÓN DEL CHAGAS
El Chagas es transmitido por la picadura de la 'chinche picuda' o vinchuca infectada con el parásito 'tripanosoma cruzi'. Otras vías comunes de infección son el contagio de madre a hijo en el embarazo o por transfusiones de sangre.
En las primeras semanas después del contagio se produce la fase aguda de la enfermedad, aunque los síntomas (fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o muscular, inapetencia) pueden confundirse con los de la gripe y a los pocos días desaparecen, lo que impide la detección temprana y el tratamiento eficaz.
Se estima que el 70 por ciento de los infectados vivirá con el parásito sin que su salud se vea afectada. Sin embargo, para el 30 por ciento restante, la fase crónica acabará conduciendo a lesiones irreversibles en corazón, esófago y colon, siendo el paro cardíaco la causa de muerte más frecuente.
"De hecho, por no poder acceder al diagnóstico, a menudo la muerte temprana es la que revela que el fallecido padecía el mal: al tratarse de una enfermedad asociada a la pobreza extrema y a los contextos rurales --la vinchuca vive en las grietas de los muros y techos de las casas de adobe y paja--, donde el acceso a la salud es limitado, muchas personas morirán de Chagas sin saber que lo padecían", señalaron desde MSF.
"Durante décadas, el Chagas ha quedado excluido de las agendas de los sistemas públicos de salud y de la industria farmacéutica. De hecho, en 2007, el Chagas atrajo sólo 10,1 millones de dólares en I+D, apenas un 0,4 por ciento de los fondos dedicados al conjunto de las llamadas 'enfermedades olvidadas', criticaron.
Actualmente sólo existen dos medicamentos --benznidazol y nifurtimox--, desarrollados hace más de 35 años y en investigaciones no específicamente destinadas al Chagas. Aunque son muy efectivos en recién nacidos y lactantes, en adolescentes y adultos las tasas de curación sólo llegan al 60 ó 70 por ciento.
Además, los pacientes de mayor edad tienen más probabilidades de sufrir efectos secundarios. MSF considera urgente el desarrollo de nuevos tratamientos con menos efectos secundarios, nuevos métodos de diagnóstico rápido y nuevas pruebas de curación.
En la actualidad, en parte debido a estas limitaciones, las autoridades de Salud de los países endémicos siguen centrando sus programas de Chagas en el control vectorial (fumigación de viviendas) y el control de los bancos de sangre.
"La experiencia de MSF tanto en países de alta prevalencia como Bolivia, como en otros de la región centroamericana (Honduras, Nicaragua y Guatemala), demuestra que el diagnóstico y el tratamiento son posibles", expresaron.