¿Como la Medicina se convirtió en la profesión más miserable?... Así comienza un artículo al que tuvimos acceso en estos días y que, para mayor consternación, se refería a los médicos de los Estados Unidos de América, un país en el que el ejercicio de la Medicina siempre fué profesión muy bien considerada, casi sacralizada y sobre todo: muy bien pagada. El artículo pone de manifiesto la enorme insatisfacción de un colectivo del que... -. nueve de cada diez miembros no recomendaría el acceso a la profesión a las nuevas vocaciones. -. una vocación que constituye un auténtico caldo de cultivo para las depresiones. -. cerca de 300 médicos acaban en intentos de suicidio cada año (se trataría de la segunda profesión con mayor número de suicidios). -. el panorama es sombrío y apunta hacia el decremento de la felicidad de una profesión que parece volverse triste y humillante. La Atención Primaria -particularmente- se encuentra en crisis y los médicos de familia han de ver cada vez a un mayor número de pacientes al día para sobrevivir: actualmente en torno a 24, a cada uno de los cuales se les dedicaría una media de doce minutos, para facturarles unos 58 dólares por paciente...
El germen de tanto descontento nacería de la creciente presión que las aseguradoras ejercerían sobre los médicos y en el hecho de que cada decisión conllevaría, para nuestros colegas norteamericanos, una implícita amenaza de litigio por mala praxis.