Medidas de higiene personal necesarias para tu bienestar

Por Alimentatubienestar @alimentatubiene

Las medidas de higiene personal son necesarias ya que el cuerpo requiere higiene y aseo para aumentar su vitalidad y mantenerse en un estado saludable.

La higiene es muy importante para la salud porque existen pequeños microorganismos que se encuentran en el aire, en la tierra, en el cuerpo y en los alimentos. Estos seres vivos se cruzan de una persona a otra, o de un animal o alimento mientras sus condiciones para crecer y multiplicarse sean favorables.

9 medidas de higiene personal

Higiene de las manos

El correcto lavado de manos significa prevención de infecciones.

Las manos se deben lavar al llegar a casa, antes de comer, antes de cocinar, después de ir al baño, después de tocar animales y después de jugar.

Se mojan las manos con agua del grifo, se enjabona todas las superficies de sus manos y se frotan las palmas de ambas manos, las partes anteriores, los dedos y también las muñecas. Se cepillan muy bien las uñas. Enjuagar las manos con abundante agua y secarlas con toallas limpias y papel desechable.

Las manos deberán tener una protección específica mediante el uso de guantes especializados para el desempeño de trabajos con riesgo.

Higiene corporal

Ducha o baño diario de las manos, del cabello, de los genitales, del tronco, abdomen y de los pies. De este modo se suprimen los olores producidos por la transpiración o el sudor y evitan la presencia de gérmenes y bacterias.

Higiene bucal

La utilización de un cepillo dental para la limpieza después de todas las comidas es fundamental para la prevención de caries e infecciones. Los alimentos y bebidas dejan residuos en los dientes que al fermentar favorecen la aparición de caries y gingivitis.

Las dentaduras artificiales se lavarán cuidadosamente después de cada comida para evitar las infecciones y el mal olor. No se deben ingerir dulces con frecuencia porque favorecen las caries.

Se recomienda efectuar visitas periódicas al dentista. Es necesario tener una boca sana y cuidada. Los problemas bucales afectan a todo el cuerpo y generan enfermedades. La periodontitis o inflamación de las encías favorece los problemas cardiovasculares, los problemas respiratorios como neumonías y se incrementan hasta un 50% las posibilidades de cáncer de riñón y páncreas.

Higiene de los pies

Es conveniente lavarlos a diario con agua y jabón y secarlos con toallas suaves sin olvidar secar entre los dedos. Las uñas se deben cortar de manera recta y nunca circular. Además, hay que lubricarlos con lanolina o aceite pero no entre los dedos.

Se recomienda usar zapatos cómodos y suaves a medida, sin tacones muy altos y que no estén desgastados así como cubrir los pies con calcetines o medias que no sean apretados.

Las callosidades deberán ser tratadas por un podólogo.

No se deben tocar los pies con botellas de agua caliente ni con almohadillas eléctricas.

Higiene ocular

Los defectos de refracción como la miopía, astigmatismo e hipermetropía deben ser corregidos con gafas o lentillas. Se recomienda la visita periódica al oculista para observar la evolución.

Las infecciones oculares como las conjuntivitis han de tratarse de inmediato para evitar pérdidas de vista y contagios a otras personas.

Se deben usar gafas de sol para proteger a los ojos en ambientes luminosos intensos.

Es importante emplear anteojos o pantallas protectoras para proteger a los ojos contra agentes físicos, químicos o mecánicos en los locales de trabajo.

Higiene auditiva

Es conveniente evitar que el agua entre en los oídos.

No se deben introducir ganchos, pinzas, palillos u otros objetos para limpiar los oídos; se recomienda limpiar con papel celulosa humedecido la oreja.

Los trabajadores que trabajen con altos niveles de ruidos, mayores de 85 decibelios, deben usar protectores auditivos tipo casos o tapones para prevenir la sordera profesional.

Los tapones aseguran una protección adecuada y pueden ser moldeables o semirrígidos y es aconsejable ponérselos en las orejas con las manos limpias.

Higiene sexual

Las enfermedades de transmisión sexual son infecciosas; su vía de contagio es a través de relaciones sexuales, entre ellas se citan la sífilis, la gonococia, el chancro blando, el linfogranuloma venéreo, el SIDA, el herpes genital y la hepatitis vírica. Ante la aparición del primer síntoma se debe acudir a la consulta del médico para tratarlas con medicamentos y con abstinencia sexual.

Se recomienda el uso de preservativos para prevenir infecciones.

Se indica limpiar diariamente las zonas genitales con agua y jabón neutro. Después de acudir al baño se deben limpiar bien los genitales con algún paño húmedo o seco para retirar los gérmenes y evitar infecciones.

Higiene nasal

La nariz deja entrar el aire para que llegue a los pulmones con la temperatura y humedad adecuadas y libres de partículas extrañas. La producción de mocos es un proceso natural que sirve como lubrificante y filtro para el aire, pero es necesario retirarlos varias veces al día, ya que contienen partículas y microorganismos que pueden provocar enfermedades.

Higiene de ropa y calzado

La piel debe protegerse de la exposición al sol mediante el uso de ropa adecuada al clima de trabajo.

Es conveniente evitar la humedad de la piel porque se macera y pierde su capacidad de barrera frente a las infecciones; para ello, hay que secarla cuidadosamente y cambiándose la ropa con frecuencia, especialmente la interior a fin de mantenerla limpia y seca.

Es necesario impedir las rozaduras, heridas e infecciones producidas por el roce continuo de la piel con la ropa de agua y calzado.

La ropa no debe ser ni muy ancha ni muy estrecha y no debe dificultar los movimientos normales del cuerpo.

La ropa interior debe estar siempre limpia, recomendándose el cambio frecuente y ser de fibras naturales (algodón, lino, etc.) para evitar la aparición de alergias.

El mejor tejido para vestirse es el algodón, porque es suave, favorece la transpiración de la piel y tolerado por las pieles más sensibles.

Los tejidos sintéticos como el acrílico, naylon, licra, etc. provocan irritaciones y sarpullidos en personas que tienen la piel sensible.

El calzado debe ser cómodo y flexible, permitiendo la variación del volumen del pie a lo largo del día y la transpiración del mismo. Debe adecuarse al clima y tipo de trabajo. Se mantendrá limpio y seco empleando polvos desodorantes contra los hongos.

Es aconsejable que el calzado sea de materiales de calidad como el cuero, las plantillas de materiales absorbentes (preferentemente piel) con la suela flexible y nunca desgastada.

La anchura y el tamaño del zapato deben adaptarse con holgura al pié, nunca deben apretar porque aparecen rozaduras y heridas, en el verano si se dilatan los pies y en personas con un pie más grande que otros deben emplearse un número mayor. Las personas que empleen plantillas ortopédicas deberán usar un número mayor de zapatos.

La suela debe ser firme y flexible y el tacón nunca superior a 5 cm de altura. Los zapatos de tacones elevados provocan juanetes y problemas ortopédicos de los pies. Se debe revisar la comodidad y la amortiguación al caminar antes de comprarlos nuevos.

Es aconsejable cambiar los zapatos viejos y desgastados por unos nuevos porque no desempeñan bien su función al caminar.

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Fuentes