No todo lo que recordamos es bueno o nos hace sentir bien, pero seguramente hemos aprendido algo de ello. La mayoría de los recuerdos que evocamos son positivos. ¿Por qué? Hay una respuesta sencilla, porque los recuerdos positivos son adaptativos, es decir, desde el punto de vista evolutivo, estar feliz es más eficaz para la supervivencia que estar triste y, una buena manera de estar feliz es evocando recuerdos positivos. Ahora vamos con la respuesta complicada...En muchas ocasiones nos acordamos de una mala experiencia con nostalgia, por ejemplo, echamos de menos un trabajo en el que estábamos explotados y amargados o añoramos a un amigo con el que nos peleamos. A pesar de la mala experiencia, recordamos la parte buena y los malos momentos quedan en segundo plano. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? Pues depende, lo que pasa es que nuestro cerebro nos engaña para que seamos más felices.
No todo lo que recordamos es bueno o nos hace sentir bien, pero seguramente hemos aprendido algo de ello. La mayoría de los recuerdos que evocamos son positivos. ¿Por qué? Hay una respuesta sencilla, porque los recuerdos positivos son adaptativos, es decir, desde el punto de vista evolutivo, estar feliz es más eficaz para la supervivencia que estar triste y, una buena manera de estar feliz es evocando recuerdos positivos. Ahora vamos con la respuesta complicada...En muchas ocasiones nos acordamos de una mala experiencia con nostalgia, por ejemplo, echamos de menos un trabajo en el que estábamos explotados y amargados o añoramos a un amigo con el que nos peleamos. A pesar de la mala experiencia, recordamos la parte buena y los malos momentos quedan en segundo plano. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? Pues depende, lo que pasa es que nuestro cerebro nos engaña para que seamos más felices.