Este mensaje va dirigido a todas esas personas que aún a día de hoy ponen en duda la letalidad de este virus. Me gustaría prestarles mis ojos para que puedan ver lo que veo cada día en mi lugar de trabajo, a todas esas personas que han tenido la mala suerte de que la enfermedad por el COVID 19 se les agrave de tal forma que para poder paliar su necesidad de aire no pueden ni dormir, ni sentados y ni respirando el doble de un sano sacian esa falta de oxígeno ....hasta que se agotan y hay que anestesiarlos y conectarlos a un respirador artificial que supla la función de sus pulmones. En España a día de hoy, más de 13000 personas han tenido que ingresar en una UCI, las cuales, tras mucho sufrimiento, un mínimo de dos o tres semanas después, el que tiene la suerte de sobrevivir, debe empezar a aprender a respirar de nuevo, poco a poco, cuando la debilidad es tan extrema que han perdido toda su musculatura y no tienen ni aliento para sonreír. Y lo peor...todo este trance en su vida lo pasan solos, sin poder ver a sus familias, solo les queda el gesto amigable del profesional que le cuida poniendo todo su saber y su voluntad para mejorarlos.. pero también con el miedo de contagiarse y pasar de ser el que cuida al que necesite cuidados.