MENSTRUACIÓN y LACTANCIA: RELACIÓN a DISTANCIA

Por Yoisasi

MENSTRUACIÓN y LACTANCIA: RELACIÓN a DISTANCIA

13 octubre, 2013 Yo Isasi Mujer

Menstruación y Lactancia, una pareja con una relación un tanto desconocida, con una pizca de tabú y unas gotas de incertidumbre. Tal vez sea porque quien toma el protagonismo, después de parir, es el recién nacido y la Mujer ‘desaparece’ para surgir la Madre quedando, también, la sexualidad en un segundo plano (por no decir escondida en el baúl de los recuerdos). Hace unos días me reuní con dos amigas y sus respectivos bebés y, mientras ellos jugaban, nuestras conversaciones se centraban en pañales, ropa de bebé, guarderías, horas sin dormir y otras ‘comidillas’ infantiles. Hace no mucho hablábamos de nosotras, de nuestras inquietudes, de nuestras relaciones amorosas… Está claro que nuestra amistad de mujeres también ha pasado a un segundo plano.
Será mejor que empecemos por el principio, valga la redundancia:
‘El ciclo menstrual es el más básico y terrenal que tenemos. La sangre es nuestra conexión con lo femenino arquetípico.
El ciclo de ovulación está influido por la Luna. Los índices más elevados de concepción y de ovulación se producen durante la Luna llena o el día anterior. Durante la luna nueva disminuyen los índices de ovulación y concepción, y a un numero cada vez mayor de mujeres les viene la menstruación. La investigación científica ha documentado que la Luna rige el flujo de los líquidos tanto de las mareas como el de los fluidos del cuerpo e influye en el inconsciente y en los sueños. La luna y las mareas interaccionan con el campo electromagnético de nuestro cuerpo influyendo en nuestros procesos fisiológicos internos.’ Dra. C. Northrup.
Mi hija nació un día antes de la Luna Llena de Mayo, así que buena sincronización la suya. Y si la Luna rige el flujo de los líquidos entonces, tal vez, rige el flujo de la leche materna (cosa que no me extrañaría) y ella, muy sabia la Luna, sabe que no es momento de que la sangre (fluido) fluya al exterior sino que hay que guardar energía para otros menesteres como la lactancia (fluido) donde se necesita mucha energía tanto del cuerpo como del alma de la Madre.
Hace poco se han empezado a calentar motores en mi interior. Si, tras 17 meses de lactancia, ininterrumpida y a demanda, más los 9 de embarazo, ya son 26 (más de dos años) los meses que he vivido sin regla, sin menstruación, sin fluidos. Muchas pensarán que menuda suerte la mía pero esto ha hecho que estuviera muy desconectada de mi parte femenina haciendo que mi vida se centrara sólo en nutrir a mi bebé. Cosa que es lo que realmente toca, ni más ni menos, aunque no queramos aceptarlo. Ahora soy consciente de ello y sé que es imposible abarcar o dedicar tiempo para otras cosas o personas. Nuestro hijo necesita una exclusividad única y auténtica pero es muy difícil en los tiempos que corren. Muchas Madres nos hemos aventurado a abarcar mucho más que solamente la lactancia materna para, además de ser buenas Madres, ser buenas esposas, amantes o compañeras, ser buenas hijas, ser buenas amas de casa, ser buenas cocineras, ser buenas amigas, ser buenas vecinas, ser buenas trabajadoras… ‘pluriempleadas’ hasta el desfallecimiento. Llegando a límites ilimitados que nos han llevado a la extenuación, al cansancio extremo, al debilitamiento e incluso, a lo que podríamos llamar, a la depresión láctea. Bajo mi punto de vista y por mi propia experiencia, deberíamos hacer un acto de humildad por nuestro bien y dejar que el instaurado arquetipo de superwomen se vaya de paseo (mejor volando, en este caso) para dar paso a esa exclusividad exclusiva que en realidad sólo durará unos pocos años (si sólo tenemos un hijo, claro), si, ya sé, pocos pero intensos años. Si no somos capaces de preocuparnos de nosotras (la sociedad no nos los permite y si lo hacemos nos etiqueta de egoístas e irresponsables) acabaremos en un río de amargura donde quien recibirá la peor parte será nuestro bebé. Estoy convencida de que si dejamos de lado muchas de estas ‘auto-obligaciones’, que en realidad no son tan imprescindibles como pensamos, llevaríamos la vida mucho mejor y fluiría la auténtica Vida.
La Madre que ha intentado el ‘gran reto superwoman‘, al final, ha caído (por su propio peso) en una depresión o físicamente derrotada cediendo su poder y dejando a su hijo sin su leche, sin su auténtico nutriente y, lo más importante, sin su auténtica Mamá. Cosa que, por una parte, veo normal (entre comillas) en esta sociedad donde todas debemos cumplir ciertas normas: Ser madres perfectas, ser mujeres extraordinarias siempre listas, detallistas, despiertas, pragmáticas, divertidas, monas, presentables, preparadas, maquilladas, depiladas, ‘estiradas’, no exceder nunca de la talla 38 y tener las tetas bien prietas y duras como las de una jovencita de 18 años.
Sigamos con lo que estaba contando que ya me he ido de madre, nunca mejor dicho.
Todo empezó un día con la reaparición de mi flujo vaginal seguido de una noche agitada que me desveló por el calor y los ‘latidos’ que sentía en mi vientre y continuó con el hinchazón de la parte inferior de mi abdomen. Le comenté a mi hermana que no tardaría en tener la regla y ella se reía pero no porque no me creyera sino porque se acordó de cuándo supe, con antelación, el día y el momento que iba a parir.
‘Los ciclos en que la mujer ha ovulado se caracterizan por lo que se llama ‘molimina premenstrual’. Molimina es un conjunto de síntomas producidos por los cambios hormonales cíclicos del cuerpo: ligera redistribución del líquido corporal que se experimenta como hinchazón o una moderada sensibilidad de los pechos, suaves dolores o molestias en el bajo abdomen y cambios de humor relacionados con un estado más reflexivo y menos activo.’ Dra. Northrup.

Y una mañana allí estaba volviendo a manchar mi ropa interior. Aunque sólo duró un día, fue un momento muy especial. Un día estupendo donde volví a conectar con mi parte femenina, ya no sólo de Madre sino de Mujer sintiendo que mi parte sexual volvía a reaparecer, a animarse. En fin, como dije, sólo duró un día pero sé que volverá, ya que siento de nuevo cierto calor interior y sé que cuando deje de dar de mamar volverá o tal vez me sorprenda haciéndolo antes. Simplemente es escuchar y sentirte ya que tú, en el fondo, eres la única que sabe cuándo regresará. Pero bueno, para las más escépticas hay información científica que nos explica los por qués, los cómos y los cuándos.

Aunque no hay que ser científico para comprender lo siguiente: Mi bebé succiona mi pezón lo que hace que mi hormona prolactina entre en acción para producir leche y bajar el nivel de estrógenos trayendo, como consecuencia, que la menstruación desaparezca o sea irregular. La prolactina es una hormona que se produce en la hipófisis, una glándula situada en el cerebelo que estimula a determinadas hormonas afectando nuestro proceso de ovulación. Simple, ¿verdad? Si damos de mamar, la prolactina andará cerca por lo que la menstruación se tomará un descanso.

Realmente es una incógnita científica saber cuándo volverá la menstruación después del parto ya que cada Madre, cada Lactante y cada Lactancia son diferentes y únicos. Pero lo que todos los entendidos en la materia ‘láctea-lunar’ coinciden es que una vez se deje de dar de mamar, la menstruación reaparecerá. Nos tranquilizan diciendo que puede que venga incluso antes si rebajamos las tomas o introducimos ya alimentación sólida (o leche de fórmula) y muchas madres, temerosas de que no sea así, adelantan esta alimentación para que les baje su regla. En muchos foros he podido comprobar el miedo y la incertidumbre que hay con este tema. Mujeres-madres desesperadas que quieren que vuelva cuanto antes para así ‘normalizar’ todo,  para tener todo controlado. Unas, por ganas de estar de nuevo embarazadas (aunque ya se sabe que algunas han vuelto a ser madres sin llegar a ver su regla entre un embarazo y otro) y otras, porque piensan que si todavía no ha vuelto seguro que es porque son menopáusicas. Como vemos hay mucha programación mental con el tema femenino y más tratándose de amenorreas, menopausias, síndromes premenstruales y ‘otros cantares lunares’.

Según Anna Morales, experta en lactancia materna: ‘La mayoría de las mujeres experimentan períodos de manera irregular, e incluso algunas no presentan la menstruación (regla) hasta que dejan de darle pecho al bebé (regresa de manera gradual). Para las mujeres que alimentan exclusivamente del pecho a sus bebés, la ausencia de la regla es de lo más normal, y en la medida que tu bebé comience a tomar fórmula y comer, retornará tu ciclo normal.’ Y se repite: ‘En muchas madres que amamantan la regla suele aparecer cuando la lactancia materna deja de ser exclusiva y se inicia la alimentación mixta. Al disminuir la frecuencia en las tomas, disminuye la prolactina en el organismo y puede aparecer la menstruación. En otras madres, a pesar de esto, la amenorrea persiste hasta el fin de la lactancia materna.’
Otra manera que tenemos las madres lactantes de disfrutar esta amenorrea es que nos hace de anticonceptivo natural por lo menos, según los expertos, durante los seis primeros meses pero hay que seguir unos requisitos que nos explica la gineobstreta Ana Lucía Ruiz: ‘Este funciona si el periodo no ha regresado después del parto, si el bebé tiene menos de 6 meses y se alimenta estrictamente de leche materna (no toma ni come ningún otro líquido ni sólido). Además, debe alimentarse día y noche; los intervalos válidos para este tipo de planificación son, mínimo, 4 horas de día y 6 horas de noche. 
Si alguno de estos no se cumple, la mujer no debe optar por el método; cabe anotar que ninguna técnica de planificación es totalmente efectiva para prevenir un embarazo. Si todas estas condiciones se cumplen, la mujer puede contar con la lactancia como método de planificación, con un riesgo de 2 mujeres embarazadas por 100, en seis meses’.

Ideal para las mujeres interesadas en asuntos de alcoba durante los primeros seis meses después del parto. En mi caso, el sexo no se encontraba en la lista de mis prioridades vitales.

Cambiando de tercio pero sin perder de vista a la menstruación:
‘Dada nuestra herencia cultural y las creencias acerca de la enfermedad en general y del ciclo menstrual en particular, no es difícil entender cómo la mujeres han llegado a equiparar su fase premenstrual con una enfermedad o maldición y no considerarla un periodo para la reflexión y la renovación.‘ Dra. Northrup.
En la web de una madre lactante se refleja perfectamente cómo nos han enseñado a ver, a sentir y a transmitir la menstruación aunque esto no es cosa de hace dos días, esto es un legado de nuestra madres, de nuestras abuelas, de nuestras bisabuelas… de todo nuestro linaje de mujeres que llevamos en nuestro ADN.
 Aquí un pequeño refrigerio: ‘La regla, el periodo, la menstruación, el mes, o como decían nuestras abuelas “la demostración”, esa amiga inoportuna que nos visita mes si, mes también para hacernos la vida mas complicada con sus molestos dolores de ovarios, de espalda, jaquecas, cambios de humor, irritabilidad, inflamación de los pechos, hipersensibilidad en la piel y el corazón… y a la que no echamos nada de menos durante los 9 meses de embarazo y los posteriores de amenorrea (ausencia de regla) tras el parto.’
Imagínate que esperas visita, depende de ti cómo te la tomes: Puedes disfrutar de la compañía o puedes ver la parte negativa de la misma y agobiarte cada minuto que pasas con ella. Tú decides.
Pues lo mismo pasa con la menstruación, depende de cómo te la tomes cuando llegue: Puede ser llevadera y apacible o todo un verdadero calvario. Es un reflejo de ti misma en ese momento.

Hagamos números: Pongamos que la regla viene a los 12 años de edad y se va sobre los 50 años. Si mi calculadora no se equivoca, tendremos 456 ‘visitas’ durante 38 años. Así que lo mejor sería ir a buenas con ella.
Cuántas veces hemos dicho: ‘Lo siento, no puedo, tengo la regla’; ‘¡Qué fastidio, me ha bajado la regla!’; ‘Cariño, hoy no que tengo la regla’; ‘¡Justo ahora va y aparece la dichosa regla!’
Y cuántas te han advertido con: No te bañes; no te laves el pelo; no corras; no saltes; no te pongas falda; ponte una faja; no nades; no hagas gimnasia...
Si aparece la regla es un problema y un incordio, nos genera preocupación, estamos insoportables, rabiosas, negativas y si no aparece nos crea confusión y más de lo anterior. ¿Por qué no nos aclaramos? ¿Por qué no la aceptamos tal y como es? Generalizo ya que para reglas, colores, aunque creo que todas sabéis lo que quiero decir.
Muchas madres lactantes, que han pasado los treinta, se preocupan porque creen que la regla ya no volverá y aparecerá la temida e innombrable menopausia. Como siempre miedo, miedo a crecer, a madurar, a envejecer, a avanzar…Creo que aquí deberíamos hacer las paces con nuestra parte interna femenina ya que será la única manera de que los dolores premenstruales y los síntomas menstruales desaparezcan naciendo de nuevo la Mujer con su Sangre, con su Tesoro; deberíamos hacer las paces con nuestra Menstruación dándole la bienvenida o diciéndole ‘hasta luego’ o ‘adiós’. Todo a su debido tiempo, en su momento, aceptando…
Recuerdo un medicamento sin prescripción médica que hizo furor en mi adolescencia y todas mis amigas, puntuales como un reloj, lo tomaban cada mes los días de la regla. Una pena porque ya desde bien pequeñas, inconscientes al igual que nuestras madres, le hemos tapado la ‘boca’ a nuestra vagina y, además, sin saber los efectos secundarios de esta ‘autolibremedicación’ compuesta de: paracetamol (analgésico y antipirético), cafeína (aumenta la acción analgésica) y dimenhidrinato (sedante). ‘Era un clásico’ comenta  Santiago Cuéllar, representante de Acción Profesional del Consejo General de Farmacéuticos, en un artículo donde cuenta que este medicamento se introdujo en nuestro país en 1948 y en 1983 fue cuando se vendía sin receta médica. Los años 90 fueron sus años dorados gracias a la publicidad y a los grandes expositores en las farmacias. Consiguieron programar en nuestra cabecita que no podías tener sólo la regla sin más, como algo natural, sino que tenías que seguir un protocolo con este pack completo mensual: regla+dolores+pastillitas de turno. Nuria Bosch, product manager, comenta que ahora vuelve a estar de moda porque las adolescentes de antes que lo usaban son madres ahora y se lo recomiendan a sus hijas adolescentes. En fin, como vemos otro negocio más donde la regla se convierte en enfermedad que hay que tratar con pastillas para sedarla y controlarla. No vaya a ser que se nos escape de las manos…

Doctora Katerina Dalton documenta, después de varios ensayos, que: ‘Las mujeres son más emotivas antes de la menstruación, más propensas a desahogar la rabia, a los dolores de cabeza y al cansancio, y es posible incluso que experimenten una exarcerbación de enfermedades ya existentes como la artritis, por ejemplo. Mientras se está desconectada de nuestras partes ocultas vamos a sufrir antes de la menstruación.’
Eric Marie, en su Compedio de Medicina China, explica muy bien cómo la menstruación está relacionada, además de con el Útero, con diversos órganos del cuerpo:
‘El Corazón, el Hígado y el Bazo desempeñan un papel esencial entre el equilibrio del Qi y de la Sangre; es, pues, natural que sus disfunciones influyan en las patologías del Útero. Además son particularmente afectados en caso de desequilibrios emocionales, pudiendo inducir perturbaciones ginecológicas (especialmente del ciclo menstrual). El exceso de pensamientos y de preocupaciones perjudican el Bazo y el Corazón, inhiben la producción y la transformación del Qi y de la Sangre, así como la circulación de ésta; la cólera reprimida perjudica el Hígado que pierde sus funciones de drenaje y de dispersión. En cuanto a los Riñones, su esencia (Jing) es un elemento esencial en el desempeño de la actividad ginecológica por medio de Tian Gui (una sustancia particular que induce el desencadenamiento de las reglas en la pubertad, su agotamiento produce la menopausia, el Tian Gui es como una emanación de los Riñones).
El Corazón rige la Sangre y los Vasos, forma y regenera la sangre; el Hígado rige el drenaje y la dispersión y almacena la Sangre evitando sus estancamientos y regulando los Vasos; el Bazo rige la producción y control de la Sangre y además desempeña un papel esencial en la circulación de la Sangre y el de contenerla en los Vasos evitando que la Sangre se salga de ellos.
Cuando el Hígado ya no almacena la Sangre, y sus funciones de drenaje y de dispersión son perturbadas, o también cuando el Bazo no controla ya la Sangre que es contenida en los Vasos, se observan menorragias, metrorragias, reglas que se alargan. En ciertos casos, la Sangre sigue al Qi, que puede ascender brutalmente produciendo epistaxis (sangrado de nariz) durante el período de las reglas y a veces en lugar de éstas. Se habla entonces de inversión de las reglas.’

Y además existe un vaso extraordinario involucrado: ‘El vaso extraordinario Ren Mai se origina en el Riñón y fluye a través del útero. Es de capital importancia para el sistema reproductor ya que regula la menstruación, la fertilidad, la concepción, el embarazo, el parto y la menopausia. Controla el útero y determina los ciclos de 7 años de la mujer.
La función del hígado de almacenar sangre es importantísima en la fisiología y patología de las mujeres. Muchos problemas ginecológicos son debidos a un mal funcionamiento del Qi o de la Sangre del Hígado.’

Así que recuperemos nuestra calma, nutramos nuestro cuerpo con buenos alimentos nutritivos y emotivos para que nuestro Hígado haga su función y así poder disfrutar de nuestro ciclo lunar en paz, armonía y bailando con la Luna Llena.

He aquí una curiosidad (algunos ya sabéis que no creo en las casualidades): Un día antes de publicar este artículo, mientras lo editaba, me bajó la regla. Ya son dos días con ella y sigo con mi lactancia. ¡Qué maravilla tan maravillosa! ¿Verdad, queridas?
Salud y Buenos Alimentos.
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com