Resulta que el otro día nos regalaron unos cuantos mangos de la variedad Osteen los responsables de la marca Mangos del cielo producidos en Granada. Resulta que estos mangos maduran en el árbol y por eso están muy dulces. En concreto esta variedad Osteen pesan aproximadamente 500 gr y no tienen hebras. Os cuento lo que hice con ellos, y además os enseño el truco para cortarlos aprovechando toda su carne.
Cómo cortar un mango y aprovecharlo al máximo
Si os fijáis en un mango no tiene una forma regular, tiene una cara más ancha (foto 1) y otra más estrecha (foto 2). Esa es también la forma del hueso que es ovoidal y plano. Tomando el mango por su perfil más estrecho, hacemos dos cortes paralelos, a la izquierda y derecha del rabito o pedúnculo ajustando lo más posible al hueso (foto 3). Aproximadamente podéis calcular que tenéis que hacer cada corte dejando menos de un cm a cada lado.
Así obtenemos tres piezas (foto 4). Una central con el hueso, que luego aprovecharemos dándole unos cortes como veis en la misma foto 4 y las otras dos, a las que haremos unos cortes en cuadraditos o rombos sin llegar hasta la piel como veis también en la foto 5. Después, empujamos la piel desde abajo y obtenemos una pieza fácil de comer, como la de la foto 6, la principal.
Ates de empezar a hacer la mermelada, nos hemos comido unas cuantas piezas de esta deliciosa fruta, sana, llena de fibra y con una carne con un sabor y aroma deliciosos. Quiero dar las gracias a la marca Mangos del Cielo por el envío de la fruta.