Después de un tiempo desconectada, vuelvo a la carga. El mes de diciembre y prácticamente todo enero me han servido para hacer balance y poner encima de la mesa lo que quiero hacer a partir de ahora. Ha sido un tiempo de introspección, de saber qué deseo conseguir a corto y largo plazo. Ha sido muy positivo parar, de vez en cuando descansar y analizar si vas o no por el buen camino es fundamental.
Hoy me he decidido a volver con mucha ilusión y para hablaros de una de mis piezas vintage favoritas, se trata de la mesa tocinera, que antiguamente la podías encontrar en cualquier cocina tanto de una casa solariega como de un cortijo humilde, pero siempre en un entorno rural, utilizándose en las matanzas por su robustez. Por cierto, ¿sabíais que estas mesas se limpiaban con cal viva y luego se protegían con cera?
Tuve la suerte de encontrar una mesa tocinera hecha polvo, mal pintada en un marrón oscuro horroroso que tras limpiarla, lijarla y protegerla con cera natural volvió a ser un mueble digno de enamorar a más de uno.
Con el tiempo estas piezas han ido apareciendo e incorporándose en las decoraciones actuales debido a su autenticidad, son preciosas para ubicar en cualquier parte de una vivienda. Os he incluido una serie de ejemplos que os ayuden a imaginar una pieza vintage como esta en vuestro hogar: