Messi, no gracias

Por Jlmon
El término “talento” lleva camino de convertirse en otra de esas palabras para todo, da igual un roto que un descosido. Sin embargo, en la práctica, parece conservar ese halo misterioso que restringe su acceso.Sin ir más lejos, hace unos días, daba una charla en una conocida asociación empresarial, de “talento” por supuesto. Estaba hablando del concepto de talento corporativo y, en definitiva, del talento potencial de todas las personas de la organización, cuando un asistente levantando su mano me interpeló…
-   ¿Realmente podemos hablar de talento cuando nos referimos a los trabajadores de una empresa? , ¿tiene el mismo talento una recepcionista que un Messi?Tengo que confesar que, no sólo me esperaba la pregunta, sino que me encantó que la hiciera por lo que disfrute contestándola. En resumidas cuentas, lo que sigue fue más o menos mi respuesta…No sabría decir si el talento de una recepcionista es mayor o menor que el de Messi, pero si puedo asegurar que nunca serán iguales. Imaginemos que le ofrecen la posibilidad de que Messi trabaje en su empresa. En principio, sería todo un golpe de efecto desde el punto de vista de la imagen y marca. Pero y si el asunto es que trabajara de recepcionista…-   Buenos días, Producciones Martínez, le habla Lionel…La cosa cambiaría radicalmente y el comentario no sería otro que el consabido “que desperdicio de talento”.La cuestión no es si existe o no talento, sino la capacidad que tenga para producir valor en cualquiera de sus expresiones. Nuestra recepcionista tiene con seguridad más talento que el argentino en el contexto de actividad en el que se desenvuelve y viceversa.En otros ámbitos de la vida como el artístico o el deportivo, la posibilidad de convertir el talento potencial en real depende, en muchas ocasiones, de factores tan sutiles como el azar o la fortuna, aunque la disciplina, esfuerzo y perseverancia continúen siendo imprescindibles. En el ámbito de la empresa, ese azar o fortuna se traduce en un Área de Recursos Humanos que enfoque su actividad desde un punto de vista estratégico, más allá del puramente administrativo. Una organización centrada en conseguir sus objetivos y que, en consecuencia, sabe con certeza que las competencias, como expresión visible del talento, deben encontrarse perfectamente alineadas con esos objetivos. En definitiva, la creencia de que el talento es la capacidad de las personas para enfocar todas sus potencialidades a la realización de tareas de forma notable. Pero si hablamos del talento corporativo, la cuestión es que la organización sea capaz de ubicar a esas personas donde puedan hacerlo generando valor real o lo que es lo mismo, contribuyendo de forma eficaz a la consecución de los objetivos.Si esto ocurre, no lo duden: nuestra recepcionista tendrá más talento que Messi porque tiene el talento necesario en el lugar necesario.Al fin y al cabo, la gestión de los RRHH puede acumular muchos procesos vitales para una empresa, pero en última instancia, su objetivo es conseguir el talento necesario en el lugar necesario y con una finalidad exclusiva: asegurar la consecución de los objetivos.Recuerdo cómo concluí mi respuesta…
-   Si le ofrecen a Messi, no lo dude, quédese con su recepcionista, tiene mucho más talento.