Este artículo, escrito en colaboración con el Dr. Alberto Soler Montagud (quien además de dedicarse a la Salud Mental es también pediatra con una larga experiencia), pretende dar a conocer el primer estudio científico de las repercusiones en los niños a los que se les aplicó el citado método.
Asimismo, tanto exponer los fundamentos del método Estivill, como un posicionamiento acerca del mismo.
Método Estivill y el primer estudio científico de sus repercusiones ¿Que ha sido de aquellos niños?
Hasta el momento no hay estudios científicos concluyentes de las consecuencias en la edad adulta de quienes, siendo niños, se les sometió a la técnica de condicionamiento del Método Estivill. Existe por tanto la duda de si en la actualidad serán personas independientes o por el contrario inseguras.
Es por ello que un equipo de profesionales de la salud mental infantil de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, encabezado por el Dr. José Martín Amenabar Beitia, han iniciado un trabajo de investigación en busca de “los hijos del Método Estivill” a partir de dos modelos de cuestionarios:
- El primero va dirigido a quienes en algún momento aplicaron el Método Estivill y deseen participar en esta investigación (pueden hacer clic en este apartado).
- El segundo a quienes se les aplicó dicho método. y deseen participar en esta investigación (pueden hacer clic en este apartado).
El objetivo de este trabajo, es valorar las posibles consecuencias desfavorables (o la ausencia de las mismas) de este método aplicado a miles y miles de niños a lo largo de los años, una actuación que ha suscitado una gran controversia entre los profesionales de la salud mental, con posiciones diametralmente opuestas entre sus partidarios y sus detractores.
Desmontando el Método Estivill 24 años después
Hace casi un cuarto de siglo se publicó el libro Duérmete niño (1995), escrito por el Dr. Eduard Estivill, médico pediatra y neurofisiólogo. Nació en su momento como un manual dedicado a cubrir la necesidad de muchos padres y madres, desesperados por el sueño de sus hijos y molestos por la mala vida que les hacían pasar sus bebés a la hora de dormir, sin permitirles hacer las mismas cosas y llevar la misma vida que antes de que llegara un nuevo ser a su hogar.
Este libro es una especie de versión —o adaptación— en castellano del Método Ferber, dado a conocer como un manual conductual de «extinción gradual del llanto controlado» según el modo en que lo describió Richard Ferber —médico pediatra y director del Centro de trastornos pediátricos del sueño, en el Boston Children’s Hospital—a través de su libro Solucione los problemas del sueño de su hijo, publicado diez años antes (1985) en EE.UU.
La finalidad del Método Estivill —al igual que la del método Ferber—es dar a conocer una serie de pautas para que los bebés aprendan a dormir solos, toda la noche, en su habitación y sin reclamar la atención de sus padres. El libro Duérmete niño (1995) se convirtió en un best seller en el que, básicamente se aconsejaba adiestrar conductualmente a los niños, dejándolos llorar, sin cogerlos y ni siquiera tocarlos, cuando no conseguían dormir al dejarlos en su cama. El libro de Estivill —que mamás y papás satisfechos del todo el mundo se recomiendan entre sí—lleva vendidos más de un millón y medio de ejemplares y ha sido traducido a dieciocho idiomas.
Anticipemos que dejar a un bebé solo en una habitación, por mucho que se haga siguiendo los pasos de un manual de adiestramiento escrito por un médico, y no plantearse si tras el silencio nocturno que se produce en su habitación el niño disfrutará o no de un sueño feliz, ha conseguido que muchos psicólogos, pediatras y psiquiatras se muestren críticos con esta técnica de reeducación por la posibilidad de que deje secuelas emocionales y del comportamiento.
Pero, no adelantemos acontecimientos y comencemos por explicar en que consisten ambos métodos, tanto el de Estivill como el de su predecesor.
El Método Ferber
Según Richard Ferber, el bebé es un manipulador que trata de manejar el modo de actuar de sus padres respecto a él, y esto es algo que se le debe impedir.
Para ello, cada día, los padres deberán poner en práctica los pasos descritos a continuación hasta conseguir el objetivo de que el niño consiga dormir solo, un final feliz que aparentemente va destinado más a al confort de los padres que al bienestar del bebé.
Estos son los pasos a seguir entre los bebes de 3-5 meses según Ferber:
- A la hora de dormir, se llevará al bebé a la cama. Los padres saldrán juntos de la habitación y lo dejarán solo.
- Es altamente probable que el bebé se ponga a llorar. Sólo cuando hayan transcurrido 5 minutos, los padres pueden acudir de nuevo con la condición de no coger al niño en brazos. Se limitarán a consolarle y explicarle(recordemos que hablamos de bebés de menos de medio año) que debe dormir solo y que ellos van a estar muy cerca. Este consuelotendrá una duración máxima de 3-4 minutos, transcurridos los cuales los padres saldrán nuevamente de la habitación.
- Si el bebé continua llorando, los padres deberán esperar 10 minutos de reloj para entrar de nuevo, y repetir el paso 2 para, de nuevo salir y dejar una vez más al niño solo.
- Si el bebé no deja de llorar, los padres deberán esperar esta vez 15 minutos antes de entrar de nuevo en la habitación.
- Llegados a este paso, si el bebé sigue llorando (y por tanto no se ha dormido), se volverán a repetir todos los pasos desde el principio.
El Método Estivill
Ya hemos reseñado con anterioridad que el popularmente conocido (al menos en España) como ‘Método Estivill’, es una adaptación del ‘Método Ferber’. El objetivo de ambos es que el bebé aprenda a dormir solo en su habitación.
1-A partir de los 3 meses
Según el Método Estivill, los pasos a seguir con bebés a partir de los 3 meses, son los siguientes:
- Establecer un horario concreto para ir a dormir todos los días.
- Instaurar previamente unas rutinas (de obligada repetición diaria) que precedan a la hora de ir a la cama (baño, cena…).
- Elegir una habitación destinada a ser el dormitorio del bebé diferenciándola del resto de las habitaciones de la casa.
- Si al dejarlo acostado el bebé se queda llorando, los padres comprobarán primero que no exista ninguna causa que le impida conciliar el sueño, coo por ejemplo el pañal sucio, mala postura que le incomode, frio, calor…
Dice el manual:
«Un último consejo para esta etapa: aunque es cierto que en las primeras semanas un bebé sólo llora cuando necesita algo y es lógico que acudáis prestos a atenderlo, enseguida distinguiréis si es un llanto de protesta, de esos que se acaban rápidamente, o hay algo más. Por ello, desde el tercer mes no os levantéis a cogerlo ante el primer gemido. Dadle la oportunidad de que se vuelva a dormir solito, ¡puede que os sorprenda!»
El método incide en una serie de recomendaciones —más bien prohibiciones— de lo que no deben hacer los padres. Por ejemplo:
«… coger al niño en brazos, darle palmaditas o acariciarle, mecerlo en la cuna, trasladarlo al cochecito y darle una vuelta, amamantarlo o darle un biberón, darle agua, darle la mano, cantarle, pasarlo a nuestra cama, dejarle trotar hasta que caiga rendido, tocarle el cabello o permitir que nos lo toque (sic)».
2- De los 6 meses en adelante
Según el manual de Estivill «el objetivo que se persigue en todo momento es que el bebé duerma de un tirón y que no nos despierte».
También que a partir de los 6-7 meses, todos los niños sean capaces de:
- Acostarse sin llorar y, aun más, hacerlo con alegría.
- Conciliar el sueño por sí mismos.
- Dormir entre 11 y 12 horas de un tirón.
- Hacerlo en su cama y sin luz.
Si cumplida esta edad el objetivo no se ha alcanzado, Estivill indica poner en marcha una reeducación del hábito del sueño.
Reeducación del hábito del sueño
- Los padres han de mostrarse firmes, tranquilos y seguros de lo que hacen, y siempre hacer lo mismo.
- El bebé tiene que asociar el sueño con una serie de elementos externos que permanezcan a su lado durante toda la noche: muñeco, peluche, etc. Al muñeco se le pondrá un nombre y se le dirá al niño que a partir de ese momento siempre dormirá con su amiguito.
- Si todavía utiliza chupete, se le dejarán varios con la finalidad de que si se despierta por haberlo soltado, lo encuentre él mismo sin llamar reclamándolo.
- Se lleva al bebé a la cama, y a distancia, sin tocarlo y con un discurso no mayor de 30 segundos, se le da amorosamente las buenas noches.
- Se sale de la habitación del bebé apagando la luz y dejando la puerta entreabierta unos cuatro dedos.
- Si el bebé empieza a llorar, los padres no entrarán para consolarlo. Pasado un minuto, acudirá un solo padre para que el bebé lo vea y no se sienta abandonado. A una distancia prudencial, para que el bebé no pueda tocarlo, en un tiempo no mayor a 10 segundos, se le explicará que se le está enseñando a dormir.
Según el Dr. Estivill, si al llegar a los seis meses el bebé no ha aprendido a dormir solo y en su propia habitación, deberemos concluir que sufre una patología del sueño, es decir un trastorno del sueño.
Resumiendo el Método Estivill
- El Dr. Estivill sostiene la idea de que dormir es un hábito y que como tal puede aprenderse.
- No debe cogerse en brazos al bebé para tranquilizarlo, sino conseguir calmarlo hablándole, explicándole la situación.
- El bebé hace las cosas esperando la reacción de los adultos. Si la reacción del adulto es firme en el objetivo a conseguir, logrará cambiar el comportamiento del bebé.
- Para obtener los resultados deseados, se tiene que aplicar el método y sus pautas al pie de la letra, y no hacerlo a medias.
«Lo lógico es que llore, grite, vomite, patalee, diga “sed”, “hambre”, “pupa”, “no te quiero”…, lo que sea con tal de conseguir que os dobleguéis. Pero ni os inmutéis. Recordad: el niño no ha de decirnos cómo se hacen las cosas, somos nosotros los que hemos de enseñarle a él. Y si os cuesta mucho, pensad que lo estáis haciendo por su salud y la de toda la familia, y que, si seguís al pie de la letra las instrucciones, en siete días, como mucho, estaréis durmiendo todos de un tirón»
Eduard Estivill
A poco que nos fijemos en las instrucciones de Estivill para que los padres puedan dormir tranquilos y sin la molestia del llanto de un niño, y a poco que prestemos atención a las pautas que inciden en lo que no se debe hacer, este manual se revela como un excelente método para impedir que en el bebé se establezca un vínculo de apego seguro, y este este es leit motiv que nos ha animado a escribir el presente artículo y exponer nuestras discrepancias con el Método Ferber y su secuela el Método Estivill.
Como guinda a la tarta de su método, en el año 2012, Eduard Estivill hizo una revisión de Duérmete niño, publicando un segundo libro (¡A dormir!) donde fue aun más atrevido al argumentar que a través de ecografías 3D, se puede deducir que los bebés nacen sabiendo dormir solos porque ya lo sabían hacer en el útero materno. En sus propias palabras: “El bebé no tiene que desaprender lo que sabia hacer como feto”
Sin duda, Estivill ignora el pequeño detalle de que, en la etapa fetal, el niño está en un contacto total con su madre, percibe su calor, sus latidos cardiacos, sus movimientos respiratorios, circunstancias que propiciarán que el futuro bebé consiga aprender a dormir sin necesidad de que nadie le dicte instrucciones, a él ni a su madre, a través de un método.
Tampoco contempla Estivill que el entorno extrauterino es percibido por el bebé como un ambiente hostil, por ello, privarle del tacto de la madre, de las caricias, de dormir juntos en colecho, si así lo consensuan los padres, o del arrullo que calma el llanto no justificado… prohibir todo esto impedirá un apego saludable y podrá constituir un fuente de neurosis no sólo en la infancia sino también en la edad adulta.
Las tremendas confusiones del Dr. Estivill
1- En primer lugar, consideremos que las normas que propone el manual conductista de Estivill intentan fomentar la autonomía del bebé sin tomar en consideración que la dependencia o confluencia primaria con la madre, es necesaria para la creación del vinculo de apego.
Estivill no tiene en cuenta que el ‘cachorro humano’ es el más indefenso de todos los mamíferos, y que está necesitado de cierto grado de dependencia de su madre —o cuidadores principales— en sus primeros años de vida para conseguir un adecuado desarrollo tanto evolutivo como afectivo.
2- En segundo lugar, Estivill considera ciertas manifestaciones normales del sueño del bebé como un trastorno, como una patología, es decir como una enfermedad que hay que impedir que se prolongue más allá de los seis meses de vida.
Sin embargo, y siendo que el sueño del bebé posee unas características específicas en cada una de sus distintas etapas evolutivas, no es admisible considerar como un trastorno del sueño aquellas dificultades adaptativas que pueda presentar el bebé con respecto al sueño. Los verdaderos trastornos del sueño, así como las parasomnias, son los terrores nocturnos, las pesadillas, la narcolepsia o el sonambulismo, que si bien son trastornos…
«…no son graves y no requieren más intervención por parte de los padres que tratar con cariño a su hijo durante las épocas difíciles en las que se presenta, y no hacer más grande el problema de lo que es»
Alberto Soler y Concepción Roger
3- También el Dr. Estivil desatiende estudios científicos que para nada sustentan sus teorías, como los últimos realizados por el prestigioso neuropsicólogo Allan Schore. Los estudios científicos de Schore, partiendo de la Teoría del Apego desarrollada por John Bowlby, giran entorno a demostrar la importancia y la influencia del vínculo emocional de apego recibido por el bebé en los primeros años de vida con bienestar psicológico en la vida adulta.
Tampoco el método de Eduard Estivill tiene en cuenta la función evolutiva del llanto en el bebé, que no es otra que provocar una respuesta en la figura de apego (madre, padre o cuidador principal) con la finalidad de ser atendido en sus necesidades, tanto físicas, como fisiológicas o emocionales. El llanto del bebé y sus repercusiones son objeto de los estudios de Schore, quien asegura que los cambios bioquímicos cerebrales que aparecen tras un periodo de llanto prolongado sin recibir consuelo, provocan un estrés que, de darse reiteradamente, podría ocasionar secuelas.
5- Estivill deposita en el bebé el problema de ser un bebé, cuando en realidad el problema estriba en aquellos padres que, irresponsablemente, aspiran a que no se altere su confort ni su esquema familiar pese a la llegada al hogar de un nuevo miembro que, irremediablemente aportará una necesidades que deben ser correctamente atendidas. Este nuevo miembro, el bebé, requiere una atención, unos cuidados y una reestructuración del sistema familiar que a los padres les supondrá inevitables renuncias que, no obstante, redundarán en el sano desarrollo de su hijo.
Corresponde única y exclusivamente a los padres la responsabilidad de ser conscientes de que los primeros años de vida del bebé son una etapa sensible en la que se propicia el establecimiento de un apego seguro.
El apego seguro
El apego seguro surge cuando se satisfacen adecuadamente las necesidades del bebé de tal manera que éste aprende a confiar en su entorno, y a considerar el mundo como un lugar seguro para él. Si por el contrario, sus necesidades no son satisfechas o atendidas (como es el caso de no atenderle cuando llora), el bebé aprenderá a desconfiar de su entorno
«Mediante el empleo de este tipo de técnicas el niño no aprende a dormir, sino que aprende a no protestar ante la ausencia de sus padres, lo cual sí puede tener consecuencias importantes en el vínculo de apego»
Alberto Soler y Concepción Roger
Siguiendo con el leit motiv de este artículo, consideramos que dejar llorar a un bebé solo en su habitación, es susceptible de ser considerado como algo terrorífico y una auténtica crueldad. Efectivamente, el bebé termina por dejar de llorar, pero no porque haya aprendido a dormir solo como aprendió a hacerlo cuando era un feto.
Lo que verdaderamente asimila el bebé cuando está harto de llorar sin obtener respuesta, es que no sirve de nada expresar su malestar (el que sea) mediante el llanto, porque la no respuesta de su (sus) figuras de apego no van a resolverle nada. Y si el niño llora, no lo olvidemos, es porque todavía no disponen de la habilidad del lenguaje para expresar sus necesidades y comunicar lo que le sucede.
Todo lo más que un bebé llegará a aprender, si sus padres siguen al pie de la letra las instrucciones del Método Estivill, serán unas pautas que marcarán su modo de relacionarse con el entorno a lo largo de su desarrollo, así hasta llegar a la edad adulta con altas probabilidades de ser introvertido y reacio a expresar sus emociones por su miedo a que no sean atendidas.
Una de las opiniones más duras es la de la psiquiatra infantil Ibone Olza quien llegó a considerar ‘Duérmete niño’ como una apología del maltrato infantil.
Para finalizar, este video del pediatra Carlos González resultará muy clarificador para los padres angustiados por el sueño de sus bebés.
Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia
Dr. Alberto Soler Montagud – Psiquiatría Privada
Bibliografia:
– Bowlby, J. (1988) Una base segura. Aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Barcelona. Ed. Paidós.
– Estivill, Eduard; Béjar Sulvia (2004) Duérmete niño. Barcelona. Plaza y Janes Debolsillo
– González, C. (2011) Entre tu pediatra y tú. Madrid. Temas de Hoy.
– A. Gómez Papí. (2010) El poder de las caricias. Madrid. Ed. Espasa.
– Jové, R. (2006) Dormir sin lágrimas. Madrid. La Esfera de los Libros.
– Stern, D. N. (1977) La primera relación madre-hijo. Madrid. Ed.Morata.
– Soler, A. Roger, C. (2017) Hijos y padres felices. Madrid. Ed. Kailas.
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