Mi bolso de jardín.

Por Unas Gotas De Rocío

 Cuando terminé mi bolso de sofá (pincha aquí para verlo), me quedé con ganas de hacer otro similar pero para usarlo en el jardín. El de sofá me está resultando muy cómodo y útil, lo uso a diario para tener a mano todo lo que necesito (libro, pañuelos, libreta, lágrimas artificiales, costura...), y por ello se me ocurrió que uno para el jardín sería igualmente cómodo y útil. Mis ratos de jardín son muy movidos, uy, voy a coger las gafas de sol, vaya, necesito lágrimas, voy a leer un ratito, ahora me apetece coser, se me han olvidado los pañuelos, voy a anotar qué tengo que comprar mañana, esa flor en un jarrón quedaría preciosa en mi mesa... ¡¡Continuamente necesito cosas!! Así que en mi bolso de jardín ahora podré llevar esas cosas. 

He representado en él todo lo que me rodea cuando salgo al jardín: las flores, mis perras, los campos de fresas y arándanos, algún insecto, mis gatos, la tierra y el mar. Ya sea con aplicaciones de puntada escondida, punto de cruz, el estampado o el color de las telas, todo queda presente. 

Ha sido un trabajo que he tardado mucho en terminar, casi se convierte en uno de esos proyectos inacabados, pero me armé de valor y no hace mucho le di un empujoncito. La realización me ha resultado un tanto dificultosa por los materiales escogidos. 

Para el punto de cruz usé una tela que tenía de un bolso que cosí a una amiga y me lancé a usarla, pero la vista ya no es la misma y no ha sido fácil, pero bueno, lo he conseguido. Aun así, me ha gustado usar una tela base marrón por dos motivos: para resaltar los colores vivos y alegres que he usado en aplicaciones y bordados, y para que la tierra también estuviera presente. 

Para la base he usado kraft tex, lo tenía guardado de un regalo de cumpleaños y no me atrevía a usarlo, pero vi en esta labor la ocasión perfecta. Colocado en la base del bolso y siendo un material resistente al agua, pienso que me será especialmente útil cuando repose el bolso en la hierba o una mesa húmeda. Ha sido especialmente incómodo de coser. A ver si logro explicarme. Puesto que no es un material flexible y además si lo doblas o arrugas los pliegues no desaparecen, es complicado coser costuras que luego tengas que girar. No obstante, se cose estupendamente en pequeños detalles como el que he puesto en el asa. Y es que para esta utilidad me ha encantado: se escribe perfectamente sobre su superficie, se cose divinamente y el aspecto final es espectacular. 

Continuemos, en cada esquina como podréis ver, hay un botón de madera en forma de corazón, el cariño también está presente en mi jardín. Las aplicaciones a puntada escondida no están aún ni mucho menos perfeccionadas, pero seguiré practicando para conseguir el nivel que yo quiero. Al fin y al cabo, es la segunda vez que las hago. 




Os pongo ahora otra foto donde se ve mejor el fondo del bolso.

Mi lado favorito es el que ahora os enseño, le pedí a mi amiga María José (Madejas de Colores), que me pasara gráficos con perritos o gatitos , con su eficacia acostumbrada, me facilitó al instante unos pocos, de los cuales yo escogí un perrito jugando con mariposas. 

En el lado opuesto al perrito bordé también en punto de cruz unas fresas y unos arándanos. 


El asa, sujeta con snaps, me permite quitarla en caso necesario. 


El forro es azul como el mar, y los bolsillos están llenos de gatitos. 

Pues este es mi bolso de jardín, a medio camino pensé que iba a ser un desastre, el montaje fue complicado, al final no lo fue tanto y en cuanto lo estrene os lo cuento en redes sociales. 

Muchas gracias por vuestra compañía.