Yo el libro no me lo he leído. Quiero decir así en serio, todas las páginas y eso.
Sí, ojeé el PDF hace meses y algún trozo que me llamaba más la atención si me lo leí, lo de los valores me lo leí. Por si acaso.
Y las recetas, para criticar. Lo de las galletas está todo mal y desde aquí quiero hacer público que no tengo nada que ver con ello. Mejor haced los patés.
Es cierto que a mi esta moda de hacer libros para adultos llenos de muñequitos, verduras sonrientes, letras en otro color, títulos y resaltados, me parece innecesaria. ¿En serio ya no somos capaces de leer un libro normal? ¿tan masticado lo necesitáis? ¿tanto os cuesta fijar la atención sin un brócoli saltarín? Qué no sé, igual a los millenials de tercera generación lo de que lean sin más ya no se les puede pedir, pero a mi me sobra, me cansa ese formato. Es más, me da la impresión de que subestima mi capacidad intelectual como lectora, no tengo 7 años. Aunque yo soy una rancia, tampoco lo vamos a descubrir ahora.Pero el motivo por el que no me lo he leído del todo no es ese. Es porque con ver el índice, ya sé lo que ha escrito. Pero sí, en algún momento me lo leeré como corresponde, que alguien se lo tiene que criticar con fundamento. Y no protestes, tío, que tú no te lees ni mis posts si no te obligo, que son 5 minutos. Yo al menos me veo las TedxEl libro es guay. Lo explica todo tan bien como siempre, tan didáctico como siempre, tan impecable, tan bien argumentado y con tanta lógica como siempre. Ninguna sorpresa ahí. Incluso mete palabros y expresiones así creativos como “dietarquía” y “burbuja de salud”, que de marketing nos da a todos con cucharita, el niño. Aunque yo lo mire torcido y le de unfollow porque no lo soporto en instagram.Pero eso no significa que vaya a consentir que le hagáis de menos, o que se insinúe que tiene éxito porque tiene muchos followers. Lo primero, a ver si os creéis que los followers se los regalan, y lo segundo, si tan fácil es, a ver vosotros como lo hacéis. Me refiero a ver como hacéis lo de no tener un solo trabajo criticable en siete años de exposición y escrutinio máximo, ni una salida de tono, ni una metida de pata que no sea anecdótica. A ver también como escribís un libro y agotáis edición tras edición y llenáis sala tras sala, a ver como dais una charla tras otra y encandiláis a todo el público sin excepción, a ver como sacáis adelante varios artículos al mes en medios nacionales y cuatro programas de radio, co-dirigís una empresa que da de comer a más de 10 personas, más lo que surja (y ya os digo yo que "lo que surge" es mucho). Y ya si eso, luego venís y hablamos de los followers y de escribir tweets.
Pero vuelvo al libro, que el post iba de eso: el libro va a llegar a muchísima gente (a juzgar por las ventas, ha llegado ya), va a cambiar muchos hábitos y va a mejorar muchas cestas de la compra. Y no gracias a los dibujitos, que ya sé que venden y ya sé que yo no soy el target. Pero sí sé que le quitas toda la parafernalia y sigues teniendo un libro de diez, y útil y bien hilado como pocos (o como ninguno). Y que va más allá que libros pretendidamente más serios o más técnicos. A la población general, le va a salvar la vida, y a los profesionales os va a enseñar cómo se transmiten los mensajes y cuales son los importantes. Y como se puede unir política, ética personal y divulgación coherente de salud pública. Vamos, lo que lleva años haciendo. Y no, a eso no se le llama "divulgar ideología", se le llama tener criterio y conciencia. Cosa que no le debería faltar a ningún científico, pero mucho menos a quien da mensajes de salud a una población. Pretender desligar eso de la política y de la ética, dice muy poco de todos los que no sois capaces de ver un panorama global y poner los datos sobre el mundo real para adaptar y priorizar los mensajes. Haceos así, que tenéis un poco de resquemor.