Mi ex pareja está con otra persona

Por Cristina Lago @CrisMalago

En el Top Five de Pensamientos Dañinos Después de una Ruptura, quizás sea el número 1. Podría conocer a alguien. Está conociendo a alguien. No sólo ha conocido a alguien, sino que ¡me ha dejado por ese alguien! Empezamos: ¿y si ahora hace todas las cosas que no hacía conmigo? ¿Y si es más guapo-alto-rico-listo-majo/a que yo? La obsesión está servida. Estos son los hechos más habituales en nuestro entorno inmediato: en la mayoría de los casos, se deja la relación al conocer a una tercera persona; en otra proporción nada despreciable, se deja la relación porque se tiene en mente conocerla; y en unos pocos casos, se deja para estar en soledad.

¿Por qué nos duele tanto que nuestra ex pareja esté con alguien más, independientemente de que quedase o no quedase amor por nuestra parte? El ego se derrumba ante la noción de haber sido reemplazados. Aquel o aquella que una vez creyó que éramos únicos, especiales e insustituibles, parece haber dejado de creerlo y lo peor no es eso: lo peor es que nos lo estamos dejando de creer nosotros.

Cuanto más dependamos de la valoración de la ex pareja para sentirnos bien, más dura será la caída si nos dejan por otra persona.

 La traducción emocional de todo esto es si mi ex no cree que no valgo lo suficiente, la verdad absoluta e indiscutible, es que no lo valgo.

Dicho de otra manera:

Me deja por otro/a = el otro es mejor que yo.

Hay millones de personas en el mundo. De las cuales a algunas les importarás mucho. Otras les importarás un poco. Y a un inmenso contingente les importarás absolutamente nada. Si tu autoestima depende de los sentimientos que puedan tener todos ellos hacia ti, serás como una veleta que gira en todas las direcciones, sintiéndote alternativamente feliz, desgraciado/a, ninguneado o importante según le dé el viento a quien tú le estés entregando el superpoder de regalarte tu medida como ser humano.

Evidentemente, la clave es empezar a integrar a tu ex pareja en los miles de millones de otras criaturas cuya opinión sobre ti te importan un bledo. No, no te sentirás así en cinco minutos, ni en cinco días. Pero esto ha de señalar tu primer punto de partida.

Si tu ex está con otra persona o sospechas que puede estarlo, tienes dos opciones: o rebuscar incansablemente toda información posible para confirmar tus sospechas o para fustigarte con fotos alegres de pareja, amorosos estados de Whatsapp y demás historias (con las consiguientes y sufrientes comparaciones); o bien distanciarte completamente, impedir que te llegue cualquier tipo de información y hacerte a la idea de que tu autoestima pasa a ser asunto de tu exclusiva jurisdicción.

Has nacido, como decía Sartre, libre, responsable y sin excusas. No te han diseñado para hacer feliz a esta persona, ni a ninguna otra. Si no es feliz contigo y opta por buscar un camino distinto, siempre será por su propia conveniencia y bienestar. No constituye un ataque contra ti con el objeto de arruinarte la vida.

 ¿Que no te lo mereces? Las personas no te van a tratar como mereces: te tratarán como creen merecer ellos.

Saber que hay otro u otra, ya sea como catalizador de la ruptura o como nueva pareja reciente, siempre es un trago difícil. Hay quienes contactan con el ex para exigirle explicaciones de su actitud. Hay quienes piensan que debería existir un tiempo de luto por respeto a quien se dejó. Hay quien acusa al otro de sustituirle como si fuese un simple objeto. Todo esto son manifestaciones de la fase de negación del duelo: nuestro cerebro sigue aferrándose al concepto de pareja en torno a alguien que ya no lo es. Todo reproche o reclamo es sólo una manera más de pedir un amor que se nos está negando.

¿Pedir explicaciones? El amor y el enamoramiento no son matemáticas y nadie  podrá darte las soluciones para los etéreos logaritmos del corazón, del deseo, del ego o de la felicidad. Si en toda la humanidad aún nadie ha sabido explicar científica, filosófica o poéticamente, porqué empieza y acaba un amor, tu ex tampoco va a poder hacerlo.

¿Exigir un luto? Sé honesto/a. Si ahora mismo apareciese una persona que te hiciese sentir bien, que alejase el dolor, serías el primero que se olvidaría del famoso luto. El luto es una estado emocional: no se elige.

¿Sentirse sustituido? Si tú viviste el amor; si para ti esta última pareja fue especial, una persona única, que disfrutaste descubriendo, enhorabuena. Has sabido amar. ¿Que tu ex no puede o no pudo? Pues eso que se pierde.

En realidad, la ex pareja ya no nos debe nada. Nos guste o no, no va a reprimir sus deseos o acondicionar su manera de vivir sólo para que nos sintamos mejor. Cuanto antes asumamos que la única persona responsable de hacernos felices somos nosotros y desplacemos nuestra mirada del qué hace mi ex al qué hago yo conmigo mismo, antes daremos con el foco adecuado para nuestra recuperación.

Como pequeño ejercicio, cada vez que sientas la tentación de compararte, de victimizarte, de reclamar o de hacerte de menos porque tu ex pareja se enamoró de alguna otra persona, ponte frente al espejo y mírate a los ojos. Ahí delante tienes al amor de tu vida. La única persona que puede y debe valorarte, aceptarte y hacerte feliz. La única persona que de verdad piensa que eres único y que nadie podrá sustituirte. Tiéndele la mano y empezad a caminar juntos.