El otro día, cenando en un restaurante de La Latina, me pasó una cosa bastante sorprendente. Una de mis amigas estaba fumando (era zona permitida) y en la mesa de al lado había un grupo de italianas. De repente, sin mediar palabra, un de ellas cogió una botella de agua y se la echó encima al cigarro de mi amiga para apagárselo, salpicándo a varias de nosotras. La pusimos verde en español, inglés e italiano. Soy la primera a la que le molesta el tabaco y estoy deseando que lo prohíban en los lugares públicos, pero el comportamiento de la italiana me pareció de una mala educación soberana.
Os he contado la anécdota porque me ha venido a la cabeza por el tema del post: tabaco, estrés y embarazo. Mucha gente se fuma un cigarro ante una situación de estrés porque supuestamente le calma los nervios, pero un estudio inglés corrobora que es justo al contrario: cuando uno deja de fumar bajan sus niveles de estrés. El estudio, publicado en la revista Adicction (¿qué propio no?), apoya la teoría de que en algunas personas fumar agrava el estrés crónico. Muchos ex fumadores también vuelven a fumar ante situaciones de crisis o problemáticas para intentar calmar sus nervios, y estarían mejor si no cogieran de nuevo el cigarrillo. El estudio también afirma que las personas que se enganchan al tabaco son también más nerviosas y propensas al estrés.
En relación con el tabaco, y también con la citada cena, he leído otra noticia interesante: el 80% de las mujeres que fuman no deja el hábito durante el embarazo. La cifra me resulta altísima, pero no me pilla de sorpresa: otra de las amigas con las que estaba cenando estaba embarazada, era fumadora y no ha conseguido dejarlo durante la gestación, aunque sí ha bajado muchísimo el consumo. Para el doctor Plácido Gascó, coordinador del Grupo de Abordaje del Tabaquismo, "fumar es el factor de riesgo evitable más importante para la salud del bebé y la madre". El estudio realizado por esta entidad afirma que reducir el número de cigarrillos no es suficiente y sigue afectando a la salud de ambos, y que las mujeres que siguen fumando no tienen conciencia del peligro real. Para este especialista, el argumento de que es mejor fumar algún cigarrillo que sufrir el estrés de la abstinencia no tiene ningún fundamento médico.
Ahora os hago varias preguntas: ¿Os molesta que os fumen cerca en un restaurante? ¿Haríais lo mismo que la chica italiana? ¿Habéis fumado durante el embarazo?
Fuente: cuerpodediosa