Hola les quiero compartir mi experiencia tomando Sibutramina.
Un día 16 de abril de 2010, decidí consultar al Doctor Contreras, porque presentaba un evidente sobre peso (90 kilos con 1.62 de estatura). El me recomendó tomar Sibutramina, me realizó los exámenes pertinentes y se dio cuenta que no había problema en que la tomara. Me explicó que no era “Magia” el bajar de peso con dicho medicamento, lo escuché atentamente y comencé el tratamiento… Al principio uno está con toda la emoción de hacer dieta, actividad física etc, el primer mes bajé 6 kilos… estaba feliz, mi esfuerzo había surtido efecto… Al mes siguiente me preocupé menos de la dieta y baje solo un kilo; ahí comprendí que esto realmente no era magia, ya que la idea no era tomar pastillas todo un mes para bajar un kilo.
Cuando uno es obeso, suceden muchas cosas en la mente, a mi por ejemplo me pasó algo muy extraño, yo me miraba al espejo y me encontraba bien, no me veía gorda, hasta que me subía a una pesa y esa era la dura realidad… Seguí con el tratamiento…
Han pasado 4 meses y ya he perdido 15 kilos, estoy en 75kg y realmente feliz; he mejorado mi ánimo, mi autoestima ha aumentado considerablemente y me siento bien. Aun me queda por bajar un poco más para poder estar a mi peso “Normal”.
Sin duda alguna tomar Sibutramina fue una gran ayuda, pero sin desmerecer la función de los medicamentos, el perder peso tiene mucho que ver con la actitud que uno tenga, por ejemplo el tomar Sibutramina me ayudó a educarme a la hora de comer, he decidido sacar de mi dieta alimentos altos en calorías, disminuir los carbohidratos y las calorías vacías. Me he educado mucho con respecto a tener una vida sana, he sabido aprovechar las utilidades que tiene este medicamento, complementándolo con comer sano. Una cosa importante en todo esto es que me he planteado no aferrarme a un deseo de ser delgada, no obsesionarme con el hecho de no comer, mi idea es comer rico y sano. Por ejemplo en las mañanas reemplazo el pan, tomando leche descremada con café, a media mañana me como una fruta, a la hora de almuerzo ensaladas verdes con carne o pollo o pescado, (evitando que sea fritura), después de almuerzo me da una ansiedad por comer dulces, pero la elimino tomándome un café, a media tarde me como un yogurt descremado con jalea light, queda bastante rico como postre, cuando llego a mi casa es el problema, ya que me baja el hambre ferozmente, pero me doy ánimo pensando que todo el día lo hice bien y que no vale la pena echar por la borda el esfuerzo, así que me tomo un té, y como un sándwich de pan integral con algún acompañamiento que no sea tan calórico, lechuga o atún, o tomate, huevo etc., a penas termino de tomar once, me paro de la mesa ya que descubrí que si me quedó sentada comienzo a pensar en comer y a pellizcar lo que pille, y después me siento culpable de haber comido. Durante el día harta agua (que por lo demás me ha ayudado a la digestión) tomo bastante té y hierbas etc. De una u otra forma me voy complementando. Cuando tengo ganas de comer algo “Prohibido” trato de no sufrir, por lo que lo cómo pero en menor medida, y tratando que sea solo una cosa, ejemplo: completos, empanadas, pizzas etc. He descubierto que las cosas que más engordan son las más ricas, pero las cosas saludables acompañadas de los aderezos precisos resultan muy apetitosas. Soy muy mala para la actividad física, pero he incorporado a mi vida el baile, trato de hacer diariamente media hora de baile entretenido, en mi casa sola, he adquirido videos y trato de imitar los pasos, es una buena manera de perder el sedentarismo, ya que no podría salir a trotar ya que podría dañar mis rodillas y ni pensar en meterme a un gimnasio ya que creo que al igual que las dietas, el entusiasmo dura solo al principio, así que trato de hacer las cosas diarias con mayores movimientos, subir escaleras etc.
Yo creía que estaba todo perdido, regalé la ropa que en algún minuto me quedaba buena, porque me resigné a que jamás volvería a adelgazar, ya que cada esfuerzo era casi invisible. Pero ahora comprendo que ser delgado no es sacrificio ni hacer dietas milagrosas, sino que es quererse y ser paciente… He bajado de talla 50 a talla 44 y es muy gratificante que la gente te diga… “Oh estás más delgada” Ja! Realmente me ha cambiado la vida, creo que esos pequeños detalles me dan aliento de seguir adelante.
Una cosa que he hecho ha sido guardar reserva de que estoy cuidándome al comer, no sé si será bueno o no, pero muchas veces me vi enfrentada a que si comía algo indebido, no faltaba el que me decía “Bueno y tu, no estás a dieta???” y la culpabilidad me llenaba al extremo de ponerme a llorar… Es por eso que tomé esa decisión, de ser prudente!!!
Tengo claro que una vez que el Doctor me suspenda el tratamiento, me veré enfrentada a un irreparable efecto rebote, que no es producto de las pastillas, si no de la confianza que uno presenta en que ya adelgazó y que puede comer como antes lo hacía. Es por eso que me he planteado, seguir alimentándome sanamente y tratar en lo posible de no excederme… Creo que el convencimiento me ha hecho llegar lejos. Tengo fe y creo que día a día me resultará más fácil lograr mi objetivo.
Cada mañana me planteo una hermosa frase “Cada día tiene su propio afán”, solo hoy me cuidaré al comer, el mañana no lo sé; ya llevó 4 meses y me ha dado resultado…
Esto no es una pauta a seguir, sino que mi experiencia en el difícil camino de perder peso, siendo responsable y no confiarse de las dietas milagrosas!!!
Gracias Doctor por su infinita Vocación de servicio, realmente es un agrado tenerlo como Médico… y ahora que estoy más delgada, Lo adoro jajajajajaja…
Atentamente,
Solange Méndez González