Lo que más quebraderos de cabeza nos ha traído en esto de organizar nuestra boda ha sido el espacio ¿Por qué? Porque somos los novios “raritos”. Los que no quieren una finca, los que buscan algo más urbano, los que sueñan con una boda cuyo convite parezca más el Borough Market que un banquete de 15 mesas… Pues eso, queridos, en Madrid es misión imposible. Buscamos en principio varios hoteles que nos dejaran hacer el banquete tipo cóctel e instalar diferentes estaciones de comida. Tuve varias entrevistas con diferentes comerciales y algunos me respondieron ‘que esto que tú quieres hacer en España no se entiende’. Ajá. Empezando por una venta de mente tan abierta, os podéis imaginar el resto.
Mención especial he de hacer al hotel Vincci Soho, donde la chica con la que nos reunimos fue completamente encantadora, abierta a las ideas que traíamos y con bastante flexibilidad, pero al final, por otros motivos ajenos al espacio, no fue nuestro lugar elegido. De todas maneras, si buscáis un sitio en el Madrid de los Austrias, con una terraza interior bastante apañada, no dejéis de contactar con ellos, creo que pueden merecer la pena.
Después del mundo hotelero, nos lanzamos a la búsqueda de espacios “diferentes”. Como ya he comentado en alguna ocasión, nosotros conocimos primero a la que sería nuestra responsable de catering, y con ella diseñamos esta boda-festival, así que no queríamos a nadie más. Otro punto super negativo en España: la exclusividad de catering. Hemos llegado a preguntar en todo tipo de fincas (ante la imposibilidad de encontrar algo en Madrid ciudad, empezamos a mirar en el extrarradio) y me han llegado a preguntar que porqué queríamos ese catering, que si es que era alguien de mi familia. También me ha dicho que por llevar mi propia empresa se me cobraría, además del alquiler, X+1. Cosa que complicaba aún más nuestra planificación, porque tampoco es que tengamos un presupuesto muy allá.
Otros miles de sitios en cuanto dices la palabra boda te dicen que no, te ajustan otras condiciones o desgraciadamente no llevan a cabo eventos privados no corporativos. Una pena, porque me diréis que la Torre de Cristal no hubiera sido total, o este otro espacio, que también tenía todo lo que queríamos.
Total, que lo que debía ser divertido, en los primeros meses de preparativos se estaba convirtiendo en una pesadilla. Todo por ser raritos y no querer el ‘sota, caballo, rey’.
Tampoco creáis que los foros de novia era más comprensivos. La mitad de las novias que respondieron a mi llamada de auxilio me dijeron que ‘eso yo no lo iba a encontrar’. Ánimo total.
Y así estuvimos no sé cuantos meses… Al final, después de este túnel de estreses prebodiles, parece que encontramos la solución. Menos mal. Pero esto ya os lo contaremos en el próximo episodio… ;)
¿Y vosotros? ¿Habéis tenido también algún problema buscando el espacio de vuestros sueños?
(Esta foto no es nuestra, la hemos encontrado aquí)