Una dice que ya tiene cosas preparadas para la boda cuando su local está cerrado. Nosotros teníamos claro que no queríamos un ‘paquete de boda’, es decir, que queríamos un lugar molón, pero que no nos atara a un menú sentados completamente impresonal. Teníamos claro también que queríamos una boda tipo cóctel, con estaciones de comida y mucha sorpresas para nuestros invitados, gastronómicamente hablando. Siendo Mr. Lee un master chef (de profesión) imaginad lo importantísimo que era nosotros el tema menú: tenía que ser lo que nosotros buscábamos exactamente. Y creédme: es muy difícil. Apasionante aquella frase de una relaciones públicas de un espacio en el que estábamos interesados que me dijo, ni corta ni perezosa, ‘pero… tú sabes que lo que tú quieres en España no se entiende ¿no?'; ¿intenta usted decirme que lo que NOSOTROS queremos para NUESTRA boda y que vamos a pagar religiosamente… no puedo hacerlo porque usted solo quiere venderme un plan cerrado que a mi ni me va ni me viene? Supongo que imagináis mi cara en aquel momento.
Cuando por fin encontramos un local chulísimo y nos emocionamos con la idea… nos dimos de bruces con historias de morro total (que os contaré más adelante) y con “profesionales” que te tratan como si te estuvieran haciendo un favor, cuando es justo lo contrario: queridos, estamos cerrando un trato con una transacción económica. No necesito que sean condescendientes conmigo, y mucho menos que me traten como si fuera un poco cortita (eso ya colmó mi paciencia). Así que, con toda la pena de mi corazón, tuvimos que dejar pasar ese lugar.
Así que nos presentamos en el mes de febrero, a 7 meses de mi gran boda guiri SIN LUGAR para celebrarla. Drama total. Empezamos la campaña de búsqueda de nuevo espacio (gracias a la ayuda de La Mojigata, que se pusieron manos a la obra con nosotros para encontrar lo que queríamos… y que estuviera disponible) y aquello cada día estaba más tenso. Todo lo que nos gustaba a) estaba pillado el día o b) tenía exclusividad de catering o, peor, c) nos contestaban cualquier historia (me han llegado a preguntar que si el catering que llevaba era porque era de mi familia ¿¿??).
Después de semanas de pánico… los astros se alinearon y nos dieron en las narices con un nuevo espacio: el espacio perfecto. Por ahora mantendré un poco de secreto (¡habrá que mantener el factor sorpresa!), pero os dejo saber que reúne muchos de los requisitos: es industrial, está en Madrid, tiene unos toques muy especiales y es de una persona que, a día de hoy, es de nuestra total confianza.
Lo vimos hace dos semanas y cuando Mr. Lee dijo que le encantaba, yo vi el cielo abierto y pensé ‘ya está, el resto será perfecto’. Sé que tendremos aún miles de dolores de cabeza, pero este ya será uno menos.
¿Y vosotras? ¿Qué dramas habéis tenido en la preparación del dia B?
(Foto vista aquí)