¡Aló, queridos lectores! No os descubro nada, seguramente, si os comento que la estética punk ha vuelto si es que se fue alguna vez del todo. A mi me fascinó desde niña cuando vi a los primeros punkis andar por las calles de mi ciudad con el descaro que les caracterizaba. Pobrecita de mi, nunca la he incorporado al 100% en mis atuendos porque tampoco es que sea yo ni muy rebelde, ni muy contestataria ni muy transgresora, la verdad sea dicha. ¿Qué necesidad hay de engañar al personal? Pero, lo cierto es que, de los tiempos de aquella juventud vivida en los explosivos años 80, permanecía a día de hoy, en mi cuerpo, una huella indeleble -o más bien dos- que me he decidido a reciclar.
Y al final no sé si esto me ha quedado como un classic-punk o como un "a la vejez, viruelas". El tiempo lo dirá.
Perlas de Isidoro Hernández, en disminución, y pendiente de plata de calavera, también de IH.
¡Súper classic perlón! Versión más carca todavía de mi guiño punk. Todo perlas en degradé.
Ahora por la tarde, voy a ver si rompo una camiseta y le escribo en tonos flúor algún mensaje tipo, I love Bárcenas y ya me hago el kit rebelde al completo. Muy feliz día.
Besos, playa, helados y lo que surja, chatines.
Sylvie Tartán.