Todos los martes (o, si tengo guardia, los miércoles) cuelgo en twitter y en facebook el enlace de un blog. Ese blog se llama "El blog de una jubilada" . El otro día, una amiga mía me preguntó: - Oye, Jomeini, ese blog que cuelgas toooodas las semanas - o lo que es lo mismo, eres una plasta, pero vamos al grano - me lo leí ayer y me gustó. - ¿El de mi madre? - le pregunto. - ¡Ah! ¿Jane es tu madre? - Pues sí. Le contesto, un poco asombrada de que alguien que me sigue habitualmente no sepa que fue mi madre la que me inició en esto de la blogoadicción. Y aún más sorprendida de que no sepa que mi madre tiene un blog, porque buena es mi progenitora para pregonarlo a los cuatro vientos. Vamos a tomar un café y ella le dice al camarero: - ¿Sabe usted? En mi último post, hablo del descanso para el café. - ¿En su último qué? - dice el camarero para el que el 2.0 debe ser una incógnita como el potasio para los traumatólogos. - En mi último post, de mi blog, que se llama "El blog de una jubilada" - repone ella, con una sonrisa resplandeciente. - ¿Ah! Vamos a comprar un libro y ella le cuenta al librero: - En mi último post, escribí sobre Peter Pan y Wendy. - ¿No me diga! - contesta el otro, que por vender, con la que está cayendo, es capaz de rezarle a San Fanurio si ella quiere. Y cada martes, cuando suena el teléfono a la hora de comer, sé a ciencia cierta que es la madre que me parió para ver qué me ha parecido su post. Porque ella, como buena filósofa, escribe, luego existe. Así que le dije: "Mamá, a ti lo que te hace falta es un Twitter". Charla tiene para rato. A ver si así consigo que se ciña a 140 caracteres. Se ha resistido, pero aquí está. Éste es el blog de mi madre. Y éste es su twitter. Que hay quien tiene una drama-mamá. Yo tengo una madre 2.0.
Todos los martes (o, si tengo guardia, los miércoles) cuelgo en twitter y en facebook el enlace de un blog. Ese blog se llama "El blog de una jubilada" . El otro día, una amiga mía me preguntó: - Oye, Jomeini, ese blog que cuelgas toooodas las semanas - o lo que es lo mismo, eres una plasta, pero vamos al grano - me lo leí ayer y me gustó. - ¿El de mi madre? - le pregunto. - ¡Ah! ¿Jane es tu madre? - Pues sí. Le contesto, un poco asombrada de que alguien que me sigue habitualmente no sepa que fue mi madre la que me inició en esto de la blogoadicción. Y aún más sorprendida de que no sepa que mi madre tiene un blog, porque buena es mi progenitora para pregonarlo a los cuatro vientos. Vamos a tomar un café y ella le dice al camarero: - ¿Sabe usted? En mi último post, hablo del descanso para el café. - ¿En su último qué? - dice el camarero para el que el 2.0 debe ser una incógnita como el potasio para los traumatólogos. - En mi último post, de mi blog, que se llama "El blog de una jubilada" - repone ella, con una sonrisa resplandeciente. - ¿Ah! Vamos a comprar un libro y ella le cuenta al librero: - En mi último post, escribí sobre Peter Pan y Wendy. - ¿No me diga! - contesta el otro, que por vender, con la que está cayendo, es capaz de rezarle a San Fanurio si ella quiere. Y cada martes, cuando suena el teléfono a la hora de comer, sé a ciencia cierta que es la madre que me parió para ver qué me ha parecido su post. Porque ella, como buena filósofa, escribe, luego existe. Así que le dije: "Mamá, a ti lo que te hace falta es un Twitter". Charla tiene para rato. A ver si así consigo que se ciña a 140 caracteres. Se ha resistido, pero aquí está. Éste es el blog de mi madre. Y éste es su twitter. Que hay quien tiene una drama-mamá. Yo tengo una madre 2.0.