Mi momento sagrado del día

Por Ipiera68 @Iciar_Piera

Pasa el resto de la sesión tratando de imaginarte a ti mismo completamente en paz con todo el mundo y con todo, a salvo en un mundo que te protege y te aman, y al que tú, a tu vez, amas. Siente como la seguridad te rodea, te envuelve y te sustenta. Trata de creer, por muy brevemente que sea, que no hay nada que te pueda causar daño alguno. L-68: El amor no abriga resentimientos <3

Al refugio interno se tiene que entrar desnudo.

Al igual que un balneario a donde vas a relajarte, mimarte, cuidarte y disfrutar, el refugio interno es un descanso, un bálsamo de quietud y confianza.

Antes de entrar tendrás que despojarte de todos tus ropajes. Dejar fuera todos tus problemas, todo tu mundo. Abandonar las agendas, el tiempo, el pasado y el futuro, todo lo que deberías hacer o no deberías seguir haciendo. Todo se queda fuera, en las taquillas.

Hay que entrar descalzo, sin expectativas de lo que este refugio es o puede aportarte. Dispuesto a recibir.

Una vez libre de todo entramos desnudos, sólo vestidos con nuestra inocencia y curiosidad infantil, abiertos al asombro. También podemos vestir nuestra mejor sonrisa o nuestras lágrimas desprovistas de pasado.

Entrar en el refugio interno es aquietarse, descansar, relajarse. Aquí no hay nada que hacer, sólo rendirse al abrazo amoroso de este momento libre de la tiranía del tiempo.

Aflojar las tensiones, aflojar la mente y dejarse cuidar por el maestro de este refugio, por este instante salto.

Abrirse a sentirse cuidado.

Sentirse sostenido.

Sentirse libre.

Sentirse acunado.

Sentirse apoyado.

Sentirse comprendido.

Sentirse amado.

Todo está hecho. No tengo que hacer nada. Puedo descansar. <3

La quietud me envuelve y reconforta.

Este es mi momento sagrado del día. Mi descanso eterno.

Puedo permanecer aquí todo el tiempo que quiera. Puedo volver a esta balneario sin horario de apertura o cierre a lo largo del día siempre que lo necesite.

Cerrar los ojos, respirar profundo, dejar el mundo fuera y descansar en el recuerdo:

Todo está hecho. No tengo nada que hacer. Puedo descansar.

Descansar en la quietud de mi refugio interno.