¿Tu perro bebe mucha agua y estás preocupado por ello? Si es así, debes saber que el incremento de la cantidad de agua que bebe un perro es un síntoma común en los perros de mediana edad y de edad avanzada, y puede deberse a diversas causas que no siempre son fáciles de identificar. Pero un aumento dramático del consumo de agua en un cachorro, lo más probable es que se deba a un problema médico que debe ser identificado tan pronto como sea posible.
Las tres causas más comunes del aumento de la ingesta de agua en los perros de mediana edad y de edad avanzada son la diabetes mellitus, una enfermedad renal y el síndrome de Cushing.
La diabetes mellitus
La diabetes es generalmente causada por una baja producción de insulina o por una inadecuada respuesta de las células del cuerpo a la insulina. Esto puede diagnosticarse fácilmente mediante la búsqueda de glucosa (azúcar) en la orina o en la sangre. Cuando el nivel de azúcar está por encima de 200, aparece glucosa en la orina. Tú mismo puede hacer la prueba en casa, haciendo uso de unas tiras reactivas que cambian de color según la cantidad de glucosa en la orina (en esta página explican muy bien cómo hacerlo). Las hay que sólo comprueban la cantidad de glucosa en la orina, y las hay más completas, que no sólo puedes utilizarlas para comprobar la diabetes de tu perro, sino que también podrás comprobar si existe una posible infección en la orina mediante la comprobación de la existencia de pequeñas cantidades de sangre y proteínas en ella.
La diabetes en los perros es tratada mediante la aplicación de inyecciones de insulina dos veces al día, siempre con la supervisión de un veterinario, porque calcular la dosis correcta de insulina puede ser difícil. Si tu perro tiene diabetes, es importante iniciar el tratamiento de inmediato, mientras que él todavía está comiendo bien y la enfermedad no ha actuado, ya que una vez que los perros (al igual que las personas) enferman de cetoacidosis (primera consecuencia de la diabetes no tratada), se requiere un tratamiento intensivo en un hospital veterinario durante 3-5 días, y algunos perros no sobreviven a esta fase de la enfermedad. El cambio de la dieta por sí sola no es efectiva en el control de la diabetes en los perros, pero una dieta alta en fibra puede ayudar a mejorar la regulación.
Enfermedad renal
Enfermedad renal es un término muy amplio que incluye desde infecciones hasta daños más graves. Deben hacerse análisis de sangre y de orina para determinar si se trata simplemente de una infección en los riñones, lo que provoca un cambio en el sistema de regulación de agua en el cuerpo, o de un deterioro más grave de la función renal.
Si se confirma la existencia de cualquiera de estos problemas, el tratamiento podría incluir antibióticos y probablemente alguna otra medicación, además de la prescripción de una dieta restringida en fósforo y en proteínas de alta calidad. La mayoría de las dietas tienen demasiado fósforo para un perro con los riñones comprometidos, lo cual acelera la insuficiencia renal; la Dieta Prescrita de Alimentos de Hill K/d controla la ingesta de fósforo, favoreciendo el retraso de la insuficiencia renal.
Síndrome de Cushing
El síndrome de Cushing es un problema hormonal que se da cuando las glándulas suprarrenales producen demasiado cortisol. Esta hormona afecta al sistema de regulación del agua en el cuerpo, causando que produzca más orina. Esto provoca que los perros beban mucha más agua.
Generalmente, esta enfermedad es causada por un pequeño tumor en la glándula pituitaria (más común) o de la glándula suprarrenal (menos común). Esta condición puede pasar a incrementar el riesgo de otros problemas como la diabetes, la pérdida de cabello, infecciones, etc.
El síndrome de Cushing tiende a ser una enfermedad más crónica, de evolución más lenta y con menos urgencia que la diabetes o una enfermedad renal. Se detecta a través de un análisis de sangre y una ecografía, una vez que han sido descartadas las otras causas de incremento de la ingesta de agua.
El tratamiento implica varios medicamentos diferentes posibles y una frecuente monitorización de los niveles de cortisol en la sangre, para disminuir el riesgo de efectos secundarios y mejorar el control de los síntomas.
Estas son las tres causas más comunes de aumento en la ingesta de agua en los perros, pero hay muchas más.