Mi tiempo entre costuras

Por Monica Monica Moro Mesa @monicamoro

By @monicamoro

Y se acabó, ayer en la Fundació Ateneu Sant Rocpresentamos 12 arpilleras cosidas por 11 mujeres que hemos compartido horas de conversación y aguja.
Sí, lo he conseguido, con mucho esfuerzo y mucha convicción he cosido mi primera arpillera que ha quedado para siempre unida a 11 más. El tiempo ha volado a lo largo de estos meses, se nos ha escurrido entre los dedos, palabra a palabra, puntada a puntada. Gracias a Antonia, mi tutora y al resto de mujeres, yo también iba a poder contar lo que para mí es un reto conseguido y unas vivencias saboreadas minuto a minuto. A decir verdad, en su presentación en sociedad, las arpilleras han lucido como nunca, sus colores parecían más intensos y sus historias más conmovedoras. Había público entusiasta esperando "esos cachitos de historia" del barrio que celebra su 50 cumpleaños. Las "artistas", visiblemente emocionadas, contaban su arpillera: las riadas del 62, pescadores arreglando redes de pesca, barracones suizos y españoles, calles sin asfaltar, niños jugando en la calle, balcones a 25 metros de altura, plazas con glorietas con sombrero, manifestaciones y lucha por los derechos humanos, gallinas, perros y mucho más. Qué ilusión y que bonitas que estaban todas las arpilleras juntas para siempre!!!!

Las 12 arpilleras "unidas" para siempre


Y voy a contaros un secreto, cada arpillera, por detrás lleva un bolsillo en el que su autora escribe su historia, así, en el texto "escondido" más allá de describir lo que se ha cosido, habitualmente, se explican sentimientos y vivencias que ayudan a comprender y a dar sentido a la obra conseguida.
Y ayer, de manera inesperada, el broche de oro lo puso Paqui, una de mis "compañeras", había estado de viaje, estaba contenta y le pregunté: a Tanger? Y eso? Y ella respondió: soy de allí, viví hasta los 21 años y he vuelto 20 años después. Cerré los ojos, y así, en un instante apareció ante mí "El tiempo entre costuras", la fascinante historia de la modista en Tanger. Que sorpresa, que emoción y quien sabe si fue una casualidad o un capricho del destino lo que me acercó a mi particular Sira Quiroga. 

"Las artistas"

Os dejo "Mi historia" en V.O (català):

Qui m'ho anava a dir fa només uns quants mesos. Noooo.... impossible, si jo no sé ni cosir un botó i... així va començar tot El repte era cosir una arpiller que expliqués un bocí d'història del barri de Sant Roc ara que està d'aniversari, un aniversari compartit doncs ell i jo vam nèixer el mateix any, gloriós 1966. Vaig arribar a Menarini, la farmacèutica que té aquí la seva seu, al 1999, i val a dir que des d'aleshores ha plogut una mica.

Pensa què vols fer Mònica, em deien les meves noves companyes arpilleristes. Dibuixa la teva història, com ho explicaràs? I així, full en blanc totes al voltant d'una taula, vam començar a "imaginar".
Cosir una arpillera no és fàcil, cosir una arpillera sense saber cosir encara costa més i fer-la a casa, treient hores d'on fos per a tenir-la a punt a finals de maig ha estat tot un exercici de perseverància.
I a poc a poc, edifici a edifici, "bloque a bloque" com deien les meves senyores, l'arpillera va començar a tenir vida: posa el cel, aprèn a cosir de darrera al davant, doblega per aquí, fes punt amagat, ara "punto de ojal", cus aquí, cus allà. 
I a on està la història? Doncs aquest és el relat d'un barri que els més de 16 anys que el veig a voltes em sembla que vol canviar i a voltes em sembla que no vol abandonar el sobrenom de marginal. 
Des de Menarini, tot just creuant el carrer, he vist i veig passar la vida barrejada que ens envolta. Veins que passen hores i hores al sol com si no hi hagués res millor a fer, escombraries tot sovint allà a on no toca, nens i nenes jugant a hores que segurament tampoc toquen i sí, de vegades sona una guitarra i la música ho canvia tot.
Doncs sí, molts dilluns he cosit a l'Ateneu i molts altres sola a casa. I he rigut, he parlat i sobretot he compartit molt bones estones amb algunes dones d'aquest barri. Dones ressistents i lluitadores que defensen allò en el que creuen i que, per damunt de tot, estimen Sant Roc.

Mi historia en castellano: 


Quien me lo iba a decir hace sólo unos meses. Noooo .... imposible, si yo no sé ni coser un botón y ... así empezó todo El reto era coser una arpilleras que explicara un pedazo de historia del barrio de Sant Roc ahora que está de cumpleaños, un aniversario compartido pues él y yo nacimos el mismo año, glorioso 1966. Llegué a Menarini, la farmacéutica que tiene aquí su sede, en 1999, y hay que decir que desde entonces ha llovido un poco.
Piensa qué quieres hacer Mónica, me decían mis nuevas compañeras arpilleristes. Dibuja tu historia, como lo contarás? Y así, hoja en blanco todas alrededor de una mesa, empezamos a "imaginar".
Coser una arpillera no es fácil, coser una arpillera sin saber coser todavía cuesta más y hacerla en casa, sacando horas de donde fuera para tenerla a punto a finales de mayo ha sido todo un ejercicio de perseverancia.
Y poco a poco, edificio a edificio, "bloque a bloque" como decían mis señoras, la arpillera comenzó a tener vida: pone el cielo, aprende a coser de última delante, dobla por aquí, haz punto escondido, ahora "punto de ojal", cose aquí, cose allí.
Y donde está la historia? Pues este es el relato de un barrio que los más de 16 años que lo veo a veces me parece que quiere cambiar y a veces me parece que no quiere abandonar el apodo de marginal.
Desde Menarini, apenas cruzando la calle, he visto y veo pasar la vida mezclada que nos rodea. Vecinos que pasan horas y horas al sol como si no hubiera nada mejor que hacer, basura a menudo allí donde no toca, niños y niñas jugando en horas que seguramente tampoco tocan y sí, a veces suena una guitarra y la música lo cambia todo.
Pues sí, muchos Lunes he cosido en el Ateneo y muchos otros sola en casa. Y he reído, he hablado y sobre todo he compartido muy buenos ratos con algunas mujeres de este barrio. Mujeres resistentes y luchadoras que defienden aquello en lo que creen y que, por encima de todo, aman San Roque.