El miedo al compromiso es un mecanismo de defensa que crea nuestra mente ante lo que percibimos como una situación de riesgo. El miedo al compromiso es un miedo irracional puesto que se produce ante un estímulo positivo como consecuencia de la inseguridad. Históricamente el miedo al compromiso ha sido algo relacionado con los hombres pero cada vez nos encontramos con más mujeres que tienen miedo a “perder su libertad”.
Las personas con miedo al compromiso suelen ser personas inseguras que tienen dificultades para expresar sus emociones y sentimientos. Todas las personas tienen una zona de confort en la que se sienten seguros y, en ocasiones, perciben ese compromiso como una amenaza para su zona de confort y ven en ese compromiso un cambio que puede hacer peligrar su seguridad.
Las personas que sufren miedo al compromiso consideran las relaciones como algo que les intimida, y no como algo que les aporte amor, compañía o bienestar. Es una cuestión de inseguridad y de no conocerse a uno mismo. Además, estas personas tienden a verse a sí mismas como frágiles y se ponen una coraza, rehuyen el compromiso como una manera de evitar el dolor, el cambio y la pérdida del control sobre sí mismos y sobre la situación.
Características de las personas con miedo al compromiso
- Dificultad para tomar decisiones personales importantes por miedo al cambio y a abandonar su zona de confort o de seguridad. Muchas veces ese miedo al cambio puede estar relacionado con el miedo al fracaso y a verse expuestos.
- Las personas con miedo al compromiso suelen ser personas rígidas en el trato y muy independientes.
- Les gusta mantener el control de las situaciones y de las personas que conocen. Y es esa falta de control lo que hace que salten sus mecanismos de alarma y de defensa.
- Tienen dificultad para expresar sus emociones y no profundizan en sus sentimientos o en sus pensamientos respecto a las personas o a las cosas, esto suele derivar en problemas de comunicación con los demás.
- En muchas ocasiones, son personas inseguras, que no confían en sus capacidades y habilidades, muchas veces porque no se conocen a sí mismas.
- El miedo al compromiso puede ser una consecuencia de experiencias de pareja insatisfactorias, experimentadas tanto por la propia persona que sufre el miedo como por familiares o amigos que han tenido una mala experiencia.
- Son personas que valoran la libertad por encima de todo, como pretexto para no comprometerse y no ser vulnerables, y como forma de justificar su miedo al cambio y sus inseguridades.
¿Cómo superar el miedo al compromiso?
Una de las causas del miedo al compromiso es la inseguridad y la falta de confianza en uno mismo, por lo que se deben trabajar la confianza y la autoestima. Debemos saber también cuáles son nuestras capacidades y habilidades y confiar en ellas, y confiar en que seremos capaces de afrontar cualquier situación. Pero también hay que ser consciente de las limitaciones de uno mismo y encontrar un equilibrio.
Huir de aquello que nos da miedo no es una solución al problema. Debemos introducir pequeños cambios poco a poco, que ayuden a la mente a pensar que seguimos teniendo el control de la situación. De manera que vamos educando poco a poco la mente.
Otra forma de huir de ese miedo al compromiso, es expresar las emociones abiertamente. No solo las emociones positivas sino también las negativas, identificar y expresar aquello que nos produce malestar así como los pensamientos y percepciones negativas. Se puede realizar lo que se conoce como ventilación emocional, es decir, escribir todas esas emociones positivas y negativas. Debemos conocernos a nosotros mismos y conocer cuáles son nuestros temores, así como afrontarlos y expresarlos para poder eliminar ese miedo al fracaso.
Por último, las claves de cualquier relación personal son la comunicación y la confianza, base para que cualquier relación de amistad o de pareja crezca de manera sana. Entre personas con miedo al compromiso, se establece como objetivo la asertividad, es decir, la pareja debe saber en todo momento lo que piensa y siente el otro. Y, por supuesto, el entorno también debe conocer ese miedo al compromiso para poder ayudar.