La cecina me gusta desde pequeña, y eso que el sabor puede ser un poco peculiar para los niños, pero cuando mi tío Paco, un asturiano al estilo de Arturo Fernández, traía cecina de Genestoso, una pequeña aldea cercana al nacimiento del Narcea, siempre me dejaba caer por su casa para probarla.
El otro día, pensando en guardar una receta salada en La Cajita, se me ocurrió usar la cecina que tenía en el frigorífico para hacer con ella unas milhojas de patata y cecina, por lo que el plato, además de para acompañar, podría servir perfectamente como un plato principal, de hecho, esa noche mi marido y yo fue lo que cenamos junto con un ensalada.
Cuando me dispuse a preparar las milhojas no sabía exactamente las cantidades necesarias, puesto que nunca se las pregunté a mi hermana, pero estas son las que yo utilicé, y tengo que decir que quedó perfecto:
2 patatas grandes, 100 gr. de cecina partida muy fina, dos huevos, un vaso de leche evaporada, queso parmesano rallado, sal eneldo y un tomate seco en aceite.
Lo metí al horno durante 30’ y ya tenía mi plato de milhojas de patata y cecina para La Cajita.
Para desmoldarlo hay que esperar a que se quede templado para que no se rompa- Yo lo serví en una fuente con un tomate seco en aceite.
Nota: Si ser cortan tiras finas, se convierte en un buen acompañamiento para platos de carne
Si quieres entrar en mi cocina, clica aquí
Bon Appétit