Busca los pequeños cambios – crean diferencia; la diferencia entre tener la sensación de haber tenido un buen día en vez de un día difícil. La diferencia entre pasar un rato agradable o uno aburrido, bien o mal. La diferencia que necesitas para que, si alguien te pregunta si eres feliz, poder contestar que “si” en vez de “no”.
Suena tan fácil – y soy muy consciente de que no lo es y de que las cosas no son blancas y negras – pero un pequeño detalle como una mano en un hombro, una flor en la mesa, un cambio de voz al coger el teléfono, un poco de pintalabios, una taza de té servida o una micropausa escuchando el cielo antes de meterte corriendo en el coche pueden ser un pequeño paso que impulsa un gran movimiento. Son aparentemente detalles insignificantes pero para ti mismo o el prójimo puede ser esencial en un momento dado.
Empieza buscando la presencia de tu propia sonrisa. (Sé que escribo mucho sobre la sonrisa pero es porque creo que es un gran gesto que todo el mundo puede conseguir con un pequeño esfuerzo.) Cuando te levantas por la mañana y te miras en espejo regálate una sonrisa. Cuando despiertas a tu hijo dormilón hazlo con una sonrisa. Cuando cruzas la mirada con el del coche de al lado en el atasco sonríe. Cuando entras en la tienda corriendo a por el pan sonríe.
El cambiar detalles pequeños – aparentemente insignificantes – puedes cambiar tu destino!