Mini cakes salados de ricotta y atún

Por Elenapilar90 @MiRecetarioblog

Me hace muchísima ilusión dejaros por aquí esta receta. Y es que es con la que he participado en el reto #RecetasUnidas de Cosentino (@grupocosentino). 
Se trata de una iniciativa solidaria mediante la cual pretenden llegar a donar un total de 12.000 kilos de comida al Banco de Alimentos. Desde el grupo han donado los 10.000 primeros kilos. Para alcanzar los 12.000 nos necesitan a nosotros, a todos aquellos que durante el confinamiento no hemos dejado de experimentar en la cocina. Por cada receta que publiquemos en nuestros perfiles de Instagram o en nuestros Stories con el hashtag de la campaña (#RecetasUnidas), Cosentino donará 5 kilos de comida. Yo llegué in extremis a participar. Me enteré justo el día antes de que terminara el plazo de participación. Pero llegué, que es lo importante. Y pude aportar mi minúsculo granito de arena.

Lo hice con una receta bastante ligerita, con muy poquita grasa (que no viene nada mal cuidarse un poquito estando en casa) y con mi ingrediente más favorito de ingredientes favoritos que puede haber en el mundo de la repostería: la ricotta, sí. Me flipa enormemente. En este caso, aporta ese suave sabor que la caracteriza y, por supuesto, jugosidad y ternura. 

En este caso, elegí unos moldes cuadrados de mini cakes, pero podéis hornearlos dentro de cápsulas de muffins o en moldes de mini cakes rectangulares. Aunque, en ambos casos, tened en cuenta que el tiempo de horneado aumentará, y tardarán unos 8-10 minutos más en cocinarse.

Mini cakes salados de ricotta y atún:
INGREDIENTES (para 8 unidades pequeñitas o 5 muffins)
  • 2 huevos L, separadas las yemas de las claras
  • 190g de queso ricotta
  • 50g de queso emmental recién rallado 
  • 130mL de leche entera
  • 6g de levadura deshidratada de panadería 
  • Sal
  • Pizca de nuez moscada
  • 170g de harina
  • Una lata grande de atún en aove (la de unos 100g)
  • Nueces y semillas de calabaza, para decorar


PREPARACIÓN
  1. Precalentamos el horno a 180ºC.
  2. Montamos a punto de nieve las claras. Reservamos.
  3. Mezclamos las yemas con la ricotta (la que compro es súper cremosa, casi como queso de untar, por lo que no necesito deshacerla antes de utilizarla), la sal y la nuez moscada. Añadimos la leche y mezclamos bien. 
  4. Integramos el queso emmental junto con la harina (tamizada) y la levadura. Removemos con una espátula. Incorporamos el atún escurrido (no tiramos el aceite) y bien desmenuzado, y lo mezclamos. Agregamos el aceite de la lata. 
  5. Por último, incorporamos las claras con suavidad, en dos veces. Repartimos la masa entre los moldes engrasados y con la base cubierta con papel vegetal. Espolvoreamos unas semillas de calabaza en la superficie de cada pastelito y media nuez. Horneamos 22-25 minutos a 180ºC. Dejamos enfriar sobre una rejilla.

NOTA: Recién hechos están brutales.