Me hace muchísima ilusión dejaros por aquí esta receta. Y es que es con la que he participado en el reto #RecetasUnidas de Cosentino (@grupocosentino).
Se trata de una iniciativa solidaria mediante la cual pretenden llegar a donar un total de 12.000 kilos de comida al Banco de Alimentos. Desde el grupo han donado los 10.000 primeros kilos. Para alcanzar los 12.000 nos necesitan a nosotros, a todos aquellos que durante el confinamiento no hemos dejado de experimentar en la cocina. Por cada receta que publiquemos en nuestros perfiles de Instagram o en nuestros Stories con el hashtag de la campaña (#RecetasUnidas), Cosentino donará 5 kilos de comida. Yo llegué in extremis a participar. Me enteré justo el día antes de que terminara el plazo de participación. Pero llegué, que es lo importante. Y pude aportar mi minúsculo granito de arena.
Lo hice con una receta bastante ligerita, con muy poquita grasa (que no viene nada mal cuidarse un poquito estando en casa) y con mi ingrediente más favorito de ingredientes favoritos que puede haber en el mundo de la repostería: la ricotta, sí. Me flipa enormemente. En este caso, aporta ese suave sabor que la caracteriza y, por supuesto, jugosidad y ternura.
En este caso, elegí unos moldes cuadrados de mini cakes, pero podéis hornearlos dentro de cápsulas de muffins o en moldes de mini cakes rectangulares. Aunque, en ambos casos, tened en cuenta que el tiempo de horneado aumentará, y tardarán unos 8-10 minutos más en cocinarse.
Mini cakes salados de ricotta y atún:
INGREDIENTES (para 8 unidades pequeñitas o 5 muffins)
- 2 huevos L, separadas las yemas de las claras
- 190g de queso ricotta
- 50g de queso emmental recién rallado
- 130mL de leche entera
- 6g de levadura deshidratada de panadería
- Sal
- Pizca de nuez moscada
- 170g de harina
- Una lata grande de atún en aove (la de unos 100g)
- Nueces y semillas de calabaza, para decorar
PREPARACIÓN
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Montamos a punto de nieve las claras. Reservamos.
- Mezclamos las yemas con la ricotta (la que compro es súper cremosa, casi como queso de untar, por lo que no necesito deshacerla antes de utilizarla), la sal y la nuez moscada. Añadimos la leche y mezclamos bien.
- Integramos el queso emmental junto con la harina (tamizada) y la levadura. Removemos con una espátula. Incorporamos el atún escurrido (no tiramos el aceite) y bien desmenuzado, y lo mezclamos. Agregamos el aceite de la lata.
- Por último, incorporamos las claras con suavidad, en dos veces. Repartimos la masa entre los moldes engrasados y con la base cubierta con papel vegetal. Espolvoreamos unas semillas de calabaza en la superficie de cada pastelito y media nuez. Horneamos 22-25 minutos a 180ºC. Dejamos enfriar sobre una rejilla.
NOTA: Recién hechos están brutales.