La adopción del minimalismo como estilo de vida ha sido una característica del despertar de conciencia que la humanidad está experimentando los últimos años. Los niveles de contaminación y desperdicio por persona han alcanzado límites alarmantes, el consumismo exagerado está acabando con recursos naturales, produciendo un efecto de depredación que ataca a nuestras selvas y bosques. Las aguas de mares y ríos contaminadas… todo esto debido a la excesiva industrialización para generar más productos, más cosas que a la larga son deudas, trastes y más basura que se vierte en los botaderos.
Como respuesta a este deprimente escenario, se están creando movimientos como el minimalismo y las Tiny Houses donde las personas llevan sus vidas de modo más consciente, utilizando lo necesario y dejando lo superfluo y vano para dejar de contribuir con la polución resultante de fábricas.
No necesitamos tanto espacio. No necesitamos tantas cosas.
Nos hemos acostumbrado a casas con habitaciones que usamos muy poco, conviviendo en museos, bodegas y almacenes de cosas que acumulamos sin darnos cuenta. Esta acumulación se convierte en bloqueos y obstáculos para nuestra vida. Vivir en lugares atestados de objetos no solo distrae, es un factor para crear estrés y ansiedad. La contaminación visual de los productos que llevamos a nuestra casa y nos bombardean con información, colores, logos, formas que nos impiden pensar con claridad. El guardar cosas dañadas por tener la esperanza de repararlas sin nunca hacerlo, es evidencia de negligencia y postergación de tareas, lo cual es un reflejo de otros aspectos de tu vida. Los apegos a objetos y colecciones sin sentido llenan un espacio de forma inconsciente, que se vuelve un ancla que impide nuestro vuelo en esta vida. Las herramientas que jamás utilizamos son mudos testigos de intenciones que nunca se convirtieron en acciones y cuya presencia nos vuelve culpables y llenos de frustración.
El minimalismo reduce y simplifica.
El consumismo crea necesidades donde no las hay, porque su fin es vender. Al ser conscientes de nuestras compras, dejaremos de caer en las trampas del marketing que nos instan a comprar varios productos para el mismo fin: por ejemplo, nos quieren vender un detergente para la ropa de color, otro para la ropa delicada, otro para jeans, otro para ropa de bebés. Sin contar con liquidos para preparar la ropa para su planchado. ¡Un completo sin sentido! Nuestras abuelas se las arreglaban con una humilde barra de jabón, no son necesarios los blanqueadores, suavizantes y desinfectantes que nos ofrecen en los supermercados. Sin contar con el perjuicio que los químicos causan al agua de nuestro planeta.
En Decorarmonía estamos en proceso de “minimalización”. La transición al minimalismo es una fase de toma de consciencia de cada item que guardamos, ya sea porque nos fue útil en algún momento, porque es un regalo de un ser muy querido que ya no está entre nosotros, o porque lo compramos con la intención de usarlo… y nunca lo sacamos de su empaque original. Sincerarnos con nuestras cosas es el primer paso para dejar espacios libres.
Te animo a deshacerte de cosas innecesarias, empieza a abrir espacios y a darte la oportunidad de que nuevas cosas experiencias lleguen a tu vida. Porque los objetos deben servirnos a nosotros, no nosotros a nuestros objetos. Cualquier cosa que demande de nuestro tiempo, ya sea por su limpieza, mantenimiento, debe retribuirnos en valor. Si no es así, es algo que debe salir de nuestros espacios. Escucha nuestro podcast: estamos preparando una serie de audios conversando sobre minimalismo en profundidad, sobre las dudas que vendrán a tu cabeza cuando te toque enfrentarte a cajones, estantes, libreros en fin… múltiples escondrijos donde hemos ido acumulando, escondiendo y postergando por décadas.
Recuerda que tu casa no son las paredes, el piso o el techo. La casa es el espacio vacío que se crea entre las paredes, el piso y el techo. La protagonista de tu casa debes ser TÚ, no tus cosas. Que tus cosas te sirvan y te den felicidad.
En la casa donde solo hay lo necesario, el chi puede ingresar y retenerse. Y eso es algo que no se ve, se siente.Tweet ThisTiny House, Foto tomada de ContryLiving.com