Miquel Barceló. L´inasséchement

Por Alejandra De Argos @ArgosDe

El nuevo camino que ha tomado Miquel Barceló en la exposición que presenta en la galería Thaddaeus Ropac nos sumerge en los fondos marinos que él tan bien conoce: sus grandes, pero al mismo tiempo, livianas pinturas salen del fondo del mar para mostrar las belleza que solo unos pocos han tenido la fortuna de disfrutar al natural. «Cuando salgo del taller es para tirarme al agua. Siempre estoy sumergido. Menos respirar agua de mar, lo he hecho todo, también beberla», explica.


Con L´inasséchement, el artista nos muestra un universo de agua, de contornos de carbón que recuerdan los pigmentos del arte rupestre. En estos lienzos de gran formato pintados en su isla de Mallorca, recurre a un mundo submarino salpicado de pintura que todo lo difumina, de relieves de arena y restos de especies marinas, incorporando al propio animal en ocasiones, incluso utilizando tinta de calamar. Como si de un enclave arqueológico se tratase, consigue reflejar las huellas del paso del tiempo en la naturaleza y, al mismo tiempo, retrotraernos a nuestros los orígenes.

Este apasionado del buceo ha conseguido que quien visite esta exposición, sienta la sensación de sumergirse en el mar, de bucear contemplando los fondos rodeado de las diecisiete grandes telas que la componen, como Double Apnée o La Dinamique de l'Inassèchement. Al igual que ocurre bajo el agua, las figuras parecen diluirse entre el fondo. Él mismo desvela sus sensaciones al crear su arte: «He estado buceando durante largo tiempo. Cuando trabajo en grandes pinturas en el suelo, es como si yo buceara libremente. Me sumerjo. Hago los movimientos adecuados, o al menos lo intento. Aguanto la respiración, contrarresto la presión... Entonces salgo soplando agua de mar a través del esnórquel... o como si... Este sería el ritmo de mis pinturas; los sucesivos minutos de contener la respiración».


Si hay un factor fundamental en la obra de Barceló es el tiempo: el que tardan sus obras en secarse o, como en su serie cadaverina (cajas con pequeños animales en descomposición), la transformación que produce en su obra. O la ausencia de él pues, como dice Barceló en el prólogo del catálogo confiado a Enrique Vila-Matas: «A veces veo a Miró pasar en taxi por el paseo marítimo» como si volviese a sus años de juventud que coincidieron con la estancia del maestro catalán en Mallorca. Visión alegórica que, sin duda, sirve de reconocimiento al gran artista con el que mantuvo tan buena relación. Y, desde luego, se adivina la influencia de aquel reinventada con la técnica que solo el artista mallorquín es capaz de aplicar.


Los parisinos están de suerte y, quien no tenga la oportunidad de visitar L´inasséchement, en la primavera de 2016, en el Museo Picasso y en la Biblioteca Nacional de Francia, tendrá lugar una gran exposición de la obra de Barceló.

L'inassèchement

Galerie Thaddaeus Ropac. París

Del 25 de abril al 31 de mayo de 2015.

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