Bueno, que mejor que publicar el día de mi cumpleaños.Ayer comentaba si yo sería capaz de estar tres meses en la casa de Gran Hermano. Sin salir, entre cuatro paredes y si poder coger un libro en todo ese tiempo. Indudablemente, no. Por muchas razones, pero estar tres meses, con tu vida en suspense, siendo una atracción de feria mediática y no poder leer en todo ese tiempo, es un motivo, más que suficiente por si mismo, como para apartar el cáliz del la fama efímera de un concurso televisivo y seguir en mi anonimato. Leer, cada día, aunque sólo sea un poquito, es un placer, sin duda no suficientemente bien ponderado y menos por los participantes de este tipo de concursos.Así que desde mi atalaya Zaragoza, mi montaña mágica, traigo las lecturas de mis últimas semanas. A cada cuál mejor. Un auténtico disfrute. Un hemorragia de satisfacción lectora.
"Embajador en el infierno", de Torcuato Luca de Tena. Un libro que tiene sus añitos. Cuenta la experiencia del capitán Teodoro Palacios Cueto, capitán de la División Azul, en su cautiverio en la Unión Soviética, sus penurias y grandezas. El que fue director de ABC y testigo de excepción en la llegada del buque Semiramis al Bósforo (el barco que fletado por la Cruz Roja devolvía a los cautivos a su libertad), nos cuenta las vicisitudes que pasaron un grupo de españoles, comandados y lideramos por este capitán en diferentes campos de prisiones de los URSS. Pudiendo finalmente llegar al puerto de Barcelona en abril de 1954, después de 11, 12 y 13 años de sufrimiento. Un libro con u lenguaje épico, muy diferente de lo que estamos acostumbrados hoy en día a leer y escuchar. Nos retrotrae a un pasado que nos parce increíble que haya existido, del que ya apenas quedan reminiscencias de esas palabras, de esos sentimientos , de esas gestas. Fue un libro que en la época de su publicación tuvo diferentes reconocimientos del régimen y del que se llegó a hacer una película, protagonizada por los grandes galanes de la época. Leído hoy, mucho años después, el libro no deja de asombrar por su fuerza y lo épico de su personaje principal. Y por describir una realidad que hoy parece pura ciencia ficción.