Un poco más de lo siempre, empiezo a estar inmunizada frente a situaciones románticas ( si se puede llamar romanticismo a lo que viven los personajes ), lectura con la misma función que los sorbetes de limón en las bodas.
Genial para pasar una tarde y reírte de todos los señores Grey imaginarios. Yo me quedo con mi Gregorio, mucho menos sádico y zumbado ¡ qué quieres que te diga!
Interesante, muy apropiado para aquellos cerrados de mente que creen que su opinión es la única válida.
En la línea de muchos otros como " Vestir con estilo" o "¿Nada qué ponerte?". Supongo que las máximas de elegancia y discreción son universales.
Bueno, siendo sincera lo empecé y lo dejé de lado durante semana y media: no podía con él. Pero como soy bastante terca y me seguían diciendo que merecía la pena lo retomé y el balance no es malo del todo. Se trata de la primera parte de una trilogía a la que voy a darle otra oportunidad. El final es interesante y engancha.